La reducción del aforo e ingresos sumado a los costes de reapertura fueron los motivos que reforzaron la idea inicial de no abrir estos espacios. "Veíamos muy complicado cumplir con la normativa y garantizar la seguridad de sus vecinos y vecinas", dice Juan Carlos Unanua, alcalde de Igantzi.
Una decisión que se suma a las de Etxalar, Sunbilla, Donamaría y Santesteban, localidades que este verano tendrán que buscar alternativas a las piscinas, pero que confían que tanto mayores y pequeños disfrutarán de estas fechas.