Basket Navarra Club instauró hace años el homenaje a personas relevantes en la historia del basket foral como parte esencial de la celebración anual del Día del Baloncesto Navarro. En anteriores ediciones de esta cita, el mencionado reconocimiento ha recaído sobre el técnico José Luis Abaurrea –en 2014–, la exjugadora Reyes Castiella –2015–, el exjugador Israel Aranaz –2016–, el expresidente de la Federación Navarra de Baloncesto Agustín Alonso –2017–, el delegado del club Patxi Ciordia –2018– y los trabajadores de la FNB Natxo Ilundáin y Joaqui Urdánoz –2019–.
Este año, Basket Navarra Club homenajeará a Juan Mantero (Huesca, 28/12/1964), en reconocimiento a su extensa trayectoria como entrenador trabajando por el baloncesto navarro. Mantero, ya retirado, cuenta con un dilatado currículum de 31 años como técnico en clubes como Calasanz, Noáin, Larraona, Cantolagua, Oncineda y Ardoi, así como en selecciones navarras y en selecciones españolas de categorías inferiores. Durante su carrera ha desempeñado tareas no sólo como entrenador, sino también como coordinador, delegado o director técnico. Además, durante los últimos años ha sido oficial de mesa del Comité Navarro de Árbitros, y el pasado mes de diciembre recibió la medalla de plata al Mérito Deportivo 2019 del Gobierno de Navarra.
Juan Mantero nos atiende después de conocer la noticia: será el protagonista del Día del Baloncesto Navarro ’20 este viernes en Arrosadía. Estas son sus impresiones:
¿Qué supone para usted este reconocimiento?
Se me ha hinchado el corazón. Lo recibo con un honor y una dignidad que yo creía que me faltaban. En Basket Navarra Club tengo bastantes amigos: la familia Sobrino; Iñaki Narros, que fue jugador mío en la selección navarra cadete; Xabi Jiménez, que fue alumno mío en cursos de entrenadores… La verdad es que es un reconocimiento que no me esperaba, y lo valoro aún más al venir de un club en el que no he estado. Estoy conmovido, es el mejor regalo de Año Nuevo posible. Espero no soltar muchas lágrimas el viernes en Arrosadía.
Es el reconocimiento a una dilatada trayectoria en el baloncesto navarro. ¿Con qué se queda?
Cuando echo la vista atrás, lo primero que se me viene a la cabeza es lo viejo que me he hecho. Pero qué 31 años más bonitos, con todo lo bueno y todo lo malo. Me quedo con que no tengo ni un solo enemigo en el baloncesto navarro. Voy por la calle y la gente del baloncesto me conoce y me saluda, sólo he conseguido amigos en todos los estamentos. Suena a tópico, pero el basket en Navarra es una familia, y el homenaje de Basket Navarra es una muestra de ese cariño.
¿Le queda la pena de no haber entrenado a Basket Navarra?
He tenido el teléfono de todos los entrenadores de Basket Navarra y siempre he estado ahí, lo que pasa es que sólo puede haber un entrenador. Cuando surge Basket Navarra yo ya soy un entrenador a la baja, hay retos que ya no puedes asumir porque hay gente mucho más joven y mucho más preparada. Soy de Basket Navarra, pero el nivel lo tienen que dar otros. Hubiera sido bonito ser el entrenador del equipo, pero más bonito es que se hayan acordado de mí ahora para este homenaje cuando no tenían por qué hacerlo.
¿Sigue a Basket Navarra? ¿Cómo ve al equipo esta temporada?
Lo sigo continuamente. Además, da la casualidad de que el padre de Jorge Lafuente estudió conmigo en Huesca, por lo que hace un tiempo pedí permiso para acercarme a un entrenamiento y saludar a Jorge y todo lo que recibí por parte del club fue amistad. Sigo la trayectoria del equipo y creo que bastante hace con los medios que tiene. El club está muy bien llevado desde arriba y desde el banquillo, con las ideas claras. Algún día llegaremos más arriba, y ese día yo lo celebraré como si fuera el entrenador. Espero que en los próximos partidos encadenen dos o tres victorias que les den seguridad, porque el equipo tiene hechuras.
¿ Y cómo ve la salud del baloncesto navarro?
Si algo nos diferencia de otros deportes de masas es el proceso educativo. En las categorías inferiores se está haciendo muy bien, me consta porque lo he visto. Hay un enorme respeto a la norma, al proceso de aprendizaje, apenas hay sanciones, y la culpa de eso la tienen padres, clubes, entrenadores y árbitros. No se trabaja específicamente para crear estrellas, sino para hacer buenos equipos. En cuanto al baloncesto de élite, es una maravilla cómo está el femenino en este momento, creo que el objetivo de ascender está muy al alcance; y en el masculino, Basket Navarra también tiene capacidad para hacerlo. Ardoi también está muy bien en Liga EBA y lo puede pelear. Que en Navarra, que sólo somos 500.000 habitantes, el baloncesto tenga las fichas que tiene y la salud que tiene dice que algo estamos haciendo bien entre todos, incluyendo a todos los estamentos. A partir de aquí, si mantenemos esta dinámica, solo se puede crecer.