El sistema sanitario navarro, en aplicación de su plan de contingencia y gestión de recursos de su vertiente asistencial, ha anticipado una serie de medidas graduales y proporcionadas en la previsión, que ya se está constatando, de que el pico de repunte de la pandemia (el día 22 de julio se registraron 132 casos y durante otras tres jornadas se rondó el centenar) acabe traduciéndose en un mayor impacto de en la presión sobre centros sanitarios.

En este sentido, el Gobierno de Navarra ha señalado que "el decalage temporal del Covid-19 se repite: los contagios afloran en los plazos de incubación (o se detectan mediante cribados) y luego, una parte de ellos, evolucionan de manera que se traducen en ingresos". No obstante, ha resaltado que "el fenómeno, a tenor de los datos, no es equiparable ni cuantitativa ni cualitativamente (se detectan y tratan muchos más casos leves) al pico de pandemia de marzo y abril, pero sí el patrón temporal".

Por ello desde el CHN, además de otros movimientos de gestión y rentabilización de recursos, se han tomado ya dos medidas: incrementar la posibilidad de camas disponibles en plantas (hasta 18 más de modo inmediato con posibilidad de sumar otras tantas) así como retomar la hospitalización domiciliaria Covid-19, para casos más leves, susceptible de atender entre 10 y 12 personas. En su día llegó a haber en el sistema navarro 120 pacientes en esta modalidad (hoy hay 3); 700 en planta (actualmente 33) y 95 en UCI, actualmente 3.