Los de Jagoba Arrasate plantearon un partido de mucho trabajo defensivo, con una defensa de tres centrales y carriles, que cuando robaba en campo propio buscaba salir en vertical para atacar la espalda del Real Madrid. Pudo haber sido todavía mayor el premio obtenido en el Bernabéu, dado que en una de esas contras por banda, el Chimy Ávila asistió en profundidad a Moncayola y éste mandó el balón al palo. Al final, partido de mucho oficio y un punto más que añade Osasuna a su casillero.
Ese planteamiento rojillo hizo que las ocasiones merengues tardasen en llegar. Así, el primer acercamiento peligroso se produjo en el minuto 22, cuando Camavinga finalizó una rápida transición y su disparo se marchó al lateral de la red. Ahí estaba el peligro local, cuando Osasuna salía de su bloque bajo y si no era capaz de acabar jugada, las contras 'merengues' eran muy peligrosas. Por suerte para los navarros, apenas hubo acciones así en la primera mitad.
Vinicius era el jugador más incisivo del Real Madrid, que con su talento hacía imprevisible cada llegada por el perfil zurdo. Aún así, Nacho Vidal y Javi Martínez, en ayuda de Unai y David García, lo supieron controlar. Por parte rojilla, Kike García gozó de un remate al saque de un córner en el que el delantero se encontró el balón y no pudo darle dirección. El cuero se marchó por encima del larguero.
Ya en la segunda mitad el Real Madrid le dio más amplitud al campo, intentado generar espacios por dentro en los que encontrar a Bencema. Osasuna seguía muy atento en las ayudas e intentaba sorprender con velocidad. De esa manera llegó la gran ocasión de los pamploneses, con una rápida cabalgada del Chimy Ávila, que tras levantar la cabeza apostó por un balón al área. Ahí llegó Moncayola y su golpeo se marchó al palo. Osasuna no tuvo suerte porque el balón rebotado pegó en un jugador local y a punto estuvo de meterse gol en propia. También Kike García estaba preparado para recoger el esférico.
Tras esa ocasión rojilla los nervios en el Madrid se dejaron notar, con balones al área en los que David García demostraba sus grandes cifras aéreas. Sin embargo, Bencema también dispuso de un balón a la madera, en este caso tras quebrar a un defensor y disparar alto ante la salida de Sergio Herrera. Osasuna acumulaba mucha gente con las líneas muy juntas y apenas daba tiempo a los jugadores locales, que tenían que rematar de primeras.
En el 66 de partido Jagoba Arrasate decidió dar refresco a los suyos, retirando al Chimy y a Javi Martínez, para dar entrada a Rubén García y Darko Brasanac. El plan se mantenía con nombres distintos, al tiempo que Kike García seguía "pegándose" con centrales y pivotes. En el minuto 74 David García dispuso de un remate de cabeza tras una falta lateral pero su envío se marchó fuera. Casimiro también intentó sorprender desde lejos a un Sergio Herrera que por momentos pareció lesionarse al sentir un pinchazo en el muslo. Por suerte todo quedó en un susto y el guardameta rojillo pudo continuar.
El técnico local decidió abrir aún más el campo con Carvajal y Marcelo, que siguieron poniendo centros laterales ante el sufrimiento de la afición osasunista, que veía a los suyos achicar balones de todas las maneras posibles. El Madrid peleó hasta el final, cuando tras cuatro minutos de añadido, en los que Arrasate introdujo a Barbero por Kike García y a Oier por Moncayola, Osasuna acabó llegando vivo al pitido final y logró sumar un punto de mucho sacrificio.