Hace un año que Julián Arróniz Remiro fallecía en Pamplona, doce meses después ha querido mandar un mensaje a su familia en estos tiempos de pandemia: "Poneros la mascarilla y mantened las distancias. No quisiera veros por aquí".
Así lo expone en una esquela publicada por el primer aniversario de su muerte. A su familia y a sus amigos se dirige con especial cariño, es más les manda un "fuerte abrazo" , ya que "aquí sí podemos darlos", dice.
Mensaje también de agradecimiento que, desde donde está, aprovecha también para dar las gracias por el cariño que ha recibido en este año: "¡No os imagináis lo mucho que os agradezco y lo bien que sienta recibir tanto amor y buenos sentimientos aquí arriba!". "Continuad haciéndolo, pero por favor, que sea como hasta ahora, siempre con humor y amplia sonrisa", les pide.
Un año después de morir envía este mensaje especial SOLAMENTE UNA HIJA SUYA PUDO ESTAR EN SU INCINERACIÓN
Ahora, sus hijas Ione y Lorea funden su voz con la de su padre en forma de ranchera: "Julián era vida, era música era música, era alegría.". Por eso, su familia celebra su vida un año después de su muerte y lo hacen con esa esquela de agradecimiento a las que quería y le quisieron. Julián falleció a los 74 años por un cáncer, solamente su hija Lorea pudo estar en su incineración en plena pandemia.
Su nieto Ion nacía pocos meses después para seguir iluminando a esta familia que no duda en seguir brindando por la vida.