En 'Aulafácil', popular portal educativo, explican con sencillez la expresión 'matar la gallina de los huevos de oro': una fuente de riqueza se ha agotado debido a que ha sido explotada de una forma excesiva con el fin de obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible, como consecuencia de nuestra naturaleza avariciosa. El fútbol no está muerto, pero lo están matando: la idea de disputar un Mundial cada dos años ha sido la penúltima ocurrencia de la FIFA, dueña de una 'gallina' que agoniza. 

Los futbolistas se niegan a aceptar la 'oferta'. «No tiene sentido (un Mundial bienal), pero a los jugadores nos preguntan poco», decía a comienzos de esta semana Luka Modric, resumiendo el sentir general de los verdaderos protagonistas del juego, asfixiados por calendarios que han engordado a un ritmo muy superior al crecimiento físico del atleta. Tomamos una referencia de hace 40 años, cuando la Real Sociedad de Arconada ganó la Liga contra todo pronóstico, el Barça de Quini la Copa del Rey y el Real Madrid estuvo a tiro de piedra de ganar la Copa de Europa ante el Liverpool:

Liga

Cuatro partidos menos. En la 80/81, de entrada, las Ligas duraban 34 jornadas y no las 38 actuales. Eran 18 equipos hasta que una locura en mitad de la 86/87 (cambiaron la competición, se dividieron en tres grupos para jugarse título del primero al sexto, plaza en la Copa de Liga del séptimo al duodécimo y descenso del 13 al 18) propició el aumento a los 20 actuales: el Cádiz recurrió el cambio de reglas con la competición empezada, le dieron la razón, solo bajó uno (Racing), subieron tres (Valencia, Celta y Logroñés) y ya se establecieron, por un error burocrático, las Ligas de 38 jornadas. 

Copa

Cinco partidos más. España ha tenido que acortar la Copa del Rey (y comprimir las rondas finales entre enero y febrero) porque era físicamente imposible mantener el formato del doble partido por la carga del calendario. En la 80/81, el Barça disputó 11 partidos (cinco rondas de ida y vuelta más la final) para ganar el trofeo que daba acceso a la Recopa. En la 20/21 también ganó la Copa el cuadro culé, pero como los cuatro equipos que disputaban la Supercopa estaban exentos hasta dieciseisavos, el conjunto azulgrana se llevó el título habiendo disputado únicamente seis partidos. 

Selecciones

La gran diferencia respecto a hace 40 años radica en el brutal incremento de la competición internacional. Primero, por un factor geopolítico: las desintegraciones de la URSS o Yugoslavia han aumentado el número de países en Europa. Segundo, porque la UEFA ha decidido apretar aún más a la 'gallina de los huevos de oro' creando una competición bienal como la Liga de Naciones (ocho partidos más para quienes alcancen la fase final). 

Las dos grandes competiciones han engordado. Para la Eurocopa de 1980, España jugó seis partidos en una clasificación que reunía a 32 países. La fase final del torneo -que se disputó en Italia y lo ganó Alemania- solo tuvo ocho equipos. Para la Eurocopa de 2020, España firmó 10 partidos en una clasificación que reunía a 55 países (algunos, los de la repesca, jugaron 12). La fase final del torneo, ganado por Italia y peleado por toda Europa con el consecuente agotamiento de los viajes, tuvo 24 escuadras. 

Para el Mundial de 1982 España no tuvo que clasificarse al ser anfitriona. Italia, que ganó aquel torneo, jugó ocho encuentros en la fase previa. Europa (32 selecciones) disponía de 14 de las 24 plazas. Para Qatar'22, España también jugará ocho partidos… aunque cruza los dedos para que no sean 10: sumando los dos de repesca. Europa (55 selecciones) dispone de 13 de las 32 plazas de la prestigiosa cita.