"Tengo un sentido de la resistencia que no sé de dónde sale"

M. Estévez Torreblanca (EFE)
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Tras medio siglo de carrera y pese a haberse retirado hace 12 años, el cantante granadino vuelve a la escena con el disco blusero 'Un largo tiempo' y una nueva gira por toda España, 'Hello, Ríos'

"Tengo un sentido de la resistencia que no sé de donde me sale" - Foto: Zipi

Miguel Ríos acaba de publicar Un largo tiempo, un disco acústico con el que se enmienda a sí mismo 12 años después de anunciar su retirada. «Soy un yonqui de los aplausos», reconoce el artista, que tras más de medio siglo de éxitos se enorgullece de no haber olvidado su clase social.

«Tengo mucha ilusión porque vuelvo con una propuesta que no se parece a lo que he hecho antes. Además es que no sé hacer otra cosa, es lo que he hecho toda mi vida, para lo que me cuido, por lo que no engordo. No es que sea mi constitución, es que paso hambre por ustedes», comenta entre risas Ríos, que cumple la friolera de 77 años el próximo 7 de junio.

En 2010 hizo la gira Bye, bye Ríos y ahora vuelve a sacar disco y anuncia conciertos. ¿Qué es lo que ha pasado?

El ser humano está lleno de contradicciones y enmendarse a sí mismo es de las cosas más bonitas que se pueden hacer. Cuando te retiras de cantar no es como cuando te retiras del andamio, si te llaman para un concierto o una gira solidaria, pues vas y lo haces. Pero tenía intención de dejar las giras porque no me salían canciones nuevas. De hecho, completar mi último disco de estudio, titulado Solo o en compañía de otros, me costó dios y sangre. Estaba un poco la vaca seca y pensé que darle más vueltas a la mandolina era absurdo. Pero como reconozco mis pecados la gira empezará con Hello, Ríos, que es una revisitación del Bye, bye Ríos contando todas estas cosas, que te vendes por un aplauso.

Sin embargo ahora saca este disco de temas nuevos y versiones, entre otras Viene y luego va, de un tema de Pearl Jam por el que creo que ha recibido la felicitación de su cantante, Eddie Vedder.

Sí, la verdad es que me llevé una sorpresa increíble porque Vedder me parece uno de los mejores cantantes del planeta. Todo viene de que yo le mandé la canción a Javier Bardem, y él se la envió, y la respuesta del tío fue la hostia, lo mejor. Es una anécdota que tiene el sentido del corazón tan enorme, que necesita dos pechos, que tiene Bardem.

Es un disco de temas muy bluseros, muy esenciales.

Si la esencia del tema está ahí, y si de verdad has conseguido esa desnudez, no la vistas más, la canción necesita estar desnuda. La época opuesta fue la de Hispavox. Era terrible ir a los bolos con cuatro músicos y tratar de reproducir lo que hacía con 30 en el estudio, me costaba un esfuerzo titánico. Como performer tenía que dar mucha talla para suplir lo que la gente había oído. Ahora, con 77 años te permiten esta rugosidad, el mostrar las arrugas del tiempo sin tener que maquillarte demasiado.

Una de las canciones es El blues de la tercera edad, en la que habla de problemas como la soledad. Hace unos años fue a manifestaciones contra los recortes de pensiones. ¿El artista debe estar pegado a la realidad social?

Estoy muy contento de no haber olvidado mi clase social ni haber querido pertenecer a otra. Y además lo hago en contraposición a que los ricos son los que han defendido más su clase, los que han peleado más para que entre poca gente en su gueto. Pero la dignidad de la gente que no tiene nada es la que más me interesa.

Creo que las personas tenemos el derecho y también el no derecho a hacer lo que queramos, tanto a manifestarnos a favor o en contra o ser mediopensionistas. Eso es algo que nace con la persona, no con la profesión.

Algunos de los músicos más conocidos ahora se lanzan a través de programas de televisión como Operación Triunfo ¿qué le parecen ese tipo de shows?

Yo no he sido prefabricado, pero la industria ha hecho muchas veces lo que ha querido conmigo. Recuerdo no querer hacer un tema y que me dijeran «Cómo que no, adelante» y decir que sí. Eso no marca la dignidad o la indignidad, eso marca la necesidad. A partir de que tú hayas conseguido tu independencia es cuando tiene valor que elijas el lado que quieres, que puede ser el fácil, el difícil o incluso el imposible.

Todo el mundo carga contra OT, pero concursos siempre ha habido, yo mismo gané uno de radio. Pero la difusión que ha tenido esta gente y la dimensión que se le ha dado al valor artístico de lo que hacían es lo que no tiene mucho sentido. Algunos lo tienen, otros no, otros tienen el de la copia, que también es un valor.

A usted el éxito fulgurante le llegó muy joven con el Himno a la Alegría ¿eso le diferenció de otros artistas de su generación?

No, lo que pasa es que no han durado tanto tiempo. Toda la gente que empezamos alrededor de los años 60 y tocábamos en el Price es la misma, pero yo tengo un sentido de la resistencia que no sé de dónde sale realmente. No sé ni cómo no lo dejé antes, cuando hubo años y años sin nada de éxito. Decía Borroughs que el secreto del éxito era permanecer en escena y si lo piensas seriamente es así. Si tú te quedas y vas aprendiendo lo que haces, resulta que quedarte es seguir en el aprendizaje y, al final, acabarás sabiendo lo que estás haciendo.