Esta moción, presentada por PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E, solicita también al Ejecutivo foral que modifique la regulación respecto a los juegos de azar y las apuestas para adaptarse a la realidad actual, que ha cambiado principalmente por la fuerte irrupción de las apuestas deportivas.
Según ha señalado el portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, esta materia en Navarra se encuentra regulada por una ley del año 2006, un momento en el que las apuestas deportivas eran prácticamente inexistentes.
Alzórriz, que ha calificado de “agujero negro social” a estos juegos de azar, ha insistido en que “se han convertido en un problema grave de salud pública” asociado a muchos otros problemas familiares, económicos o de exclusión y que afecta “sobre todo a jóvenes y a personas en una situación social precaria”.
El portavoz de Navarra Suma, José Suárez, ha señalado que su grupo apoya esta moción porque comparten el problema de fondo que plantea, aunque se ha mostrado crítico con su utilidad de la misma, ya que en breve se desarrollará una ponencia para abordar la regulación de las casas de apuestas.
Ainhoa Aznárez, de Podemos, le ha respondido que esta moratoria tiene un carácter preventivo para que, durante los seis meses de plazo con los que cuenta el Gobierno para tomar una decisión, no se abran nuevos espacios de apuestas ante la perspectiva de una regulación futura más restrictiva.
Por parte de Geroa Bai, Blanca Isabel Regúlez ha insistido en que “debemos proteger a jóvenes y personas más vulnerables creando entornos protectores” y ha considerado que, con esta moratoria, “se comenzarán a paliar los daños” que supone la adicción al juego.
Adolfo Araiz, de EH Bildu, ha indicado que esta moción responde a una “importante demanda social” que está generando un problema de Salud Pública, aludiendo al deber de la Cámara de proteger especialmente a las personas vulnerables.
Desde el grupo mixto Izquierda–Ezkerra, Marisa de Simón ha incidido en los nuevos peligros de las apuestas deportivas, aludiendo a la facilidad de acceso de las personas más jóvenes, el menor control a través de la vía telemática y al gran peligro que implica, ya que “es un juego de muy fácil adicción y muy difícil curación”.