El cohete chino que se lanzó el 29 de abril para desarrollar la estación espacial del país asiático está orbitando de manera descontrolada. Por eso, el mundo está pendiente de los fragmentos que podrían caer a la Tierra y, en concreto, en Navarra. Aunque las posibilidades son remotas todo apunta a que el domingo o el lunes conoceremos el desenlace final. La programación falló en la última maniobra. "Esto lo pone fuera de control, es un trozo de metal, aluminio y fibra de carbono que viaja a 28.000 km por hora, es un fragmento grande que pesa 20 toneladas y mide 30 metros ", afirma Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona. 

Hay mucha incertidumbre sobre la fecha y el lugar donde terminarán depositados los restos, "estos fenómenos son impredicibles porque dependen de muchos factores atmosféricos", destaca Armentia. En la Comunidad foral nunca se ha producido un fenómeno así, aunque en 2015 sobre Valencia cayó un satélite en órbita. "En caso de que acabase en suelo navarro se desintegraría, si es de noche se verán estrellas fugaces y algún fragmento en la calzada", expresa el director del Planetario de Pamplona. Según los datos que manejan los expertos, "todo apunta a que su destino final será el océano, hay que recordar que cada año caen alrededor de 100 toneladas de basura espacial a la Tierra", concluye Armentia.