Irurtzun revalida el título en su tercera final consecutiva año y medio después de que el torneo se viera aplazado por la irrupción de la pandemia. Los navarros se mostraban muy superiores a su rival Lemoa en el frontón Beloki de la localidad guipuzcoana de Zumárraga.
Pese a no estar cómodo con el saque, Alberto Ongay demostraba porqué es uno de los mejores de la pelota aficionada en el Cuatro y Medio. El delantero de Satrústegui tenía más poso que su rival, el joven Aitor Etxebarría. Y se palpaba en la cancha. El vizcaíno, agarrotado, se acercó con el 10-8 pero fue ahí donde el navarro metía la directa para sumar el primer partido para Irurtzun por 18-9.
- Foto: Gonzalo Velasco
Mismo resultado con el que concluía el duelo del Manomanista entre otro exprofesional navarro, Julen Retegui, y Aurrekoetxea. La igualdad reinante en el primer tercio del partido se rompía de forma fulgurante con el 7-8. Retegi Bi protagonizaba una espectacular tacada de diez tantos moviendo a su rival y con finalizaciones primorosas. Con el 2-0 a favor de Irurtzun, los navarros se aseguraron las txapelas.
- Foto: Gonzalo VelascoCon lo que el tercer partido era intrascendente. Aún así, la pareja formada por Olaetxea y Bergera pasaba por encima, sin ningún tipo de compasión, sobre la vizcaína de Elezkano Primero y Egaña. Del 5-4 se pasó al 22-4. 17 tantos consecutivos para los vencedores ante la debilidad del zaguero y los fallos del delantero rival.