Este es el aspecto que presentaba el centro de Pamplona en los minutos previos a la primera noche con movilidad limitada decretada en el nuevo estado de alarma aplicado por el Gobierno de España. Últimos ciudadanos que se dirigían a sus domicilios, así como el transporte urbano comarcal. Calles desiertas en una jornada de frío y lluvia en la que la nueva normalidad quiere imponerse al virus y aplanar la curva disparada de contagios existente en Navarra.