Lejos de aplacar las protestas contra la violencia racial de la Policía, el paso del tiempo no ha hecho sino intensificar las movilizaciones de miles de personas en Estados Unidos, especialmente en Portland, donde hoy se cumplen 100 días de disturbios desatados por la muerte de George Floyd el pasado mes de mayo.

Marcadas por el vandalismo y la violencia, las concentraciones se suceden a diario en la ciudad de Oregon, donde en las últimas semanas se han desplegados más agentes de las Fuerzas del Orden para frenar las manifestaciones del movimiento Black Lives Matters. 

Sin ir más lejos, la noche del pasado viernes -madrugada de ayer en España- la Policía volvió a cargar contra cientos de personas que se agrupaban en las calles, después de advertir a los allí presentes de que serían multados o detenidos en caso de no irse a casa. Ante la oposición de los congregados, los uniformados emplearon nuevamente gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y decenas de ellos fueron arrestados.

Además, la ciudad de Rochester, en el estado de Nueva York, volvió ayer a ser escenario de protestas contra la brutalidad policial por la muerte de Daniel Prude, un afroamericano que falleció asfixiado en marzo a manos de la Policía cuando era custodiado.

Los antidisturbios emplearon también gases lacrimógenos para reprimir la movilización y detuvieron a una decena de personas tras unos enfrentamientos entre agentes y manifestantes que se saldaron con tres uniformados heridos.