Un recién llegado para desafiar a Maduro

SPC
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Juan Guaidó, el 'delfín' de Leopoldo López en la oposición, ha pasado en pocas semanas de ser casi un desconocido a lanzar el mayor reto al que se ha enfrentado el régimen chavista

Un recién llegado para desafiar a Maduro - Foto: Miguel Gutiérrez

El joven diputado Juan Guaidó, actual jefe del Parlamento de Venezuela, transformó ayer su liderazgo en el mayor desafío al que se ha enfrentado Nicolás Maduro desde que ascendiera al poder en 2013, al jurar ante miles de personas que asume «formalmente» las competencias de la Presidencia del país. Una autoproclamación respaldada de manera inmediata por Estados Unidos y varios gobiernos de la región.

Este ingeniero industrial, que llegó a la cúpula de la oposición chavista desde el banquillo de Voluntad Popular, partido creado por  Leopoldo López en 2009, basó su reclamación del poder en la presunta ilegitimidad del nuevo mandato que juró Maduro hace casi dos semanas ante el Supremo, después de ganar con holgura los comicios de mayo pasados ante la ausencia de la oposición.

El joven que planta cara al presidente del país es casi un recién llegado que, sin embargo, no rehuyó tamaña responsabilidad ante la ausencia forzada de las principales figuras de su partido, Voluntad Popular, que se encuentran en prisión o en el exilio.

Tras el triunfo electoral que les permite controlar el Parlamento desde 2015, las principales agrupaciones de la oposición venezolana acordaron rotar entre ellas la Presidencia del poder legislativo cada año. Así, en 2019, la Jefatura corresponde al partido de encarcelado López, de  Freddy Guevara y del exiliado Carlos Vecchio, sus dirigentes más experimentados y representativos. De ese trío, solo Guevara no estaba procesado judicialmente antes de 2015, y por su ascendencia dentro de la formación estaba llamado a tomar las riendas de la Cámara este año, pero tuvo que pedir asilo político en la embajada de Chile en Caracas para evitar enfrentarse a la Justicia, que investiga su papel en las protestas violentas de 2017, que se saldaron con más de 100 muertos.

Así, Guaidó, nieto de militar e ingeniero de profesión dio un paso al frente, subió a la Presidencia del Parlamento y acaparó los focos, convirtiéndose rápidamente en el nuevo líder del antichavismo. 

Definido como un político de centro por sus colaboradores, pese a que milita en una agrupación que es miembro pleno de la Internacional Socialista, sobrevivió en su adolescencia a la tragedia de Vargas,  las inundaciones que dejaron miles de muertos y desaparecidos en esa entidad federal en 1999.

Ya en 2015, el opositor dio muestra de su carácter cuando participó en una huelga de hambre para exigir que se fijara la fecha de los comicios parlamentarios, en los que salió elegido por la costera región de Vargas con más de 97.000 votos.

Como es común entre los ingenieros, el nuevo presidente del Parlamento venezolano tiene una mentalidad estructurada y metódica, pero también es señalado como un hombre tolerante, familiar (tiene una niña de poco más de un año) y con aplomo. Estas últimas características serán imprescindibles para que Guaidó lleve adelante el proyecto que pregona casi desde que le apuntaron los reflectores: el cese de la «usurpación» que hace Maduro, la instalación de un Gobierno de transición y la convocatoria de elecciones.