La plantilla del Barcelona de baloncesto seguirá en la Ciudad Condal incluso después de que los clubes de la Euroliga y Asociación de Jugadores (ELPA) acordasen que podrían regresar a sus ciudades de origen temporalmente bajo su responsabilidad y siguiendo las pautas de las autoridades.

La fecha límite para tomar la decisión de reanudar y completar las competiciones, tanto de Euroliga como EuroCup, o cancelarlas, se ha fijado para el 24 de mayo. Los encuentros pendientes de la fase regular se jugarían en una única sede, aún por designar, del 4 al 26 de julio, con una Final a Ocho con eliminatoria simple. Esto significa que hasta dentro de un mes, como mínimo, los jugadores no tomarán contacto con las pistas.

En condiciones normales, como sería en las vacaciones de verano, la diáspora azulgrana sería casi total. Solo Pau Ribas, nacido en Badalona, y Pierre Oriola, de Tárrega, estarían cerca de casa. Álex Abrines se marcharía a su Palma natal y Víctor Claver a Valencia.

En cuanto a los estadounidenses, con Malcolm Delaney ya en Baltimore desde mediados de marzo, Brandon Davies se marcharía a Provo (Utah), donde está su madre; Cory Higgins a Danville (California) y Kyle Kuric a Evansville (Indiana).

Por su parte, el canadiense Kevin Pangos se desplazaría a Ontario o Nueva York, de donde es su esposa.

La nómina de jugadores europeos también tendrían diversos destinos. Así, el húngaro Adam Hanga iría a Budapest, el francés Thomas Heurtel a Beziers o Cap d'Agde; Nikola Mirotic a Podgorica (Montenegro); el ucraniano Artem Pustovyi a Kiev y el letón Rolands Smits a Valmiera (Letonia).

Uno de los principales motivos de seguir en Barcelona es que de la actual plantilla, excepto Claver, Ribas, Higgnis y Smits, que tienen pareja, el resto están casados, casi todos con hijos y los desplazamientos serían aún más complicados.