Delirios que pueden incapacitar

Nerea Díaz-Maroto (EFE)
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La esquizofrenia es un trastorno mental grave que cursa con alucinaciones y alteraciones en el pensamiento y comportamientos que afectan a la vida diaria de la persona que lo sufre

La esquizofrenia es una enfermedad mental que afecta más a hombres que a mujeres, pero que supone por igual un problema social. Su tratamiento antipsicótico no siempre es eficaz, por lo que la psicoterapia juega un papel fundamental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la esquizofrenia como el trastorno mental grave por el cual las personas interpretan la realidad de manera anormal. Esta enfermedad provoca una combinación de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y comportamiento, algo que afecta a la vida diaria de la persona que lo sufre y puede ser altamente incapacitante.

Afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo, aunque es más frecuente en hombres (4,5 por ciento) que en mujeres (2,9 por ciento), según los datos del Ministerio de Sanidad de 2020.

El desarrollo de esta enfermedad mental depende mucho de la edad, pues la frecuencia es doble entre los 20 y los 49 años, pero se iguala a partir de los 65 años. Eso sí, en este momento se nota un ligero incremento en los casos diagnosticados en mujeres.

El equipo de psiquiatría de la Clínica López Ibor señala que esta enfermedad «es igual de frecuente en todos los países, culturas y zonas metereológicas». La probabilidad de padecer esquizofrenia a lo largo de la vida es del «0,5-1 por ciento, en el 75 por ciento de los casos antes de los 40 años».

Aunque no exista ningún parámetro especifico, ni clínico, ni neurobiológico, los expertos del equipo de psiquiatría de la clínica señalan que el «conjunto de síntomas, que se diferencia del de otros trastornos, hace que el diagnóstico de esquizofrenia no sea difícil». Esta enfermedad presenta una fase prodrómica de meses hasta años que supone más del 50 por ciento de los casos, una frase activa o florida y, en su caso, una fase residual, que no necesariamente irreversible, según explican los expertos.

 

Fase prodrómica

En ella los pacientes pueden mostrarse especialmente sensibles, irritables, rendir menos en los estudios o el trabajo. Pierden el interés en cosas que antes les entusiasmaban y se aíslan con frecuencia.

Dado que no todos los pacientes con estos síntomas desarrollan una esquizofrenia, se considera más adecuado definir a este grupo como personas con mayor riesgo.

La pronta identificación de causas externas como drogas o medicamentos, así como la psicoterapia reducen el riesgo de desarrollo de la enfermedad.

 

Fase activa

Para el control de los síntomas en la fase activa suele ser necesario el uso de antipsicóticos, conduciendo en un 50 por ciento de los casos a una mejora de al menos el 20 por ciento, así como en un 25 por ciento de los casos a una mejora de al menos el 50, siendo los porcentajes más altos si se trata de la primera manifestación de la enfermedad.

La psicoterapia juega un papel fundamental en el tratamiento de la enfermedad, sobre todo en aquellos casos que no responden de manera suficiente a la terapia antipsicótica, según explica el equipo de psiquiatría.

El pronóstico llegará a ser favorable poniendo en marcha la práctica de medidas socioterapéuticas, algo que hace vital que el paciente y su familia sean parte activa del proceso.