Osasuna comunicó a Enric Gallego su salida de la plantilla en agosto de 2021 para jugar en el Eibar, pero finalmente el delantero catalán se marchó al Tenerife y denunció a la entidad presidida por Luis Sabalza por despido improcedente.
La sentencia inicial resolvió que Osasuna debía abonar una indemnización de 1,2 millones de euros al jugador por lo que Osasuna apeló a la mayor instancia judicial para intentar no abonar el medio millón de euros que el jugador catalán iba a cobrar del conjunto insular por la temporada 2021-2022.
El Alto Tribunal condena a Osasuna a pagar la indemnización de manera íntegra. Unas cifras que no reducen el alto coste que supuso para el club el paso de Enric Gallego por Osasuna.