Un alegrón para Semana Santa

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El vino y la miel son dos de los estandartes del sector primario castellanomanchego y los dulces que los emplean como ingredientes, con la torrija como reina absoluta, destacan durante la Semana Santa

Un alegrón para Semana Santa - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio Gutiérrez

La gastronomía en España es casi religión. Tenemos una de las cocinas más apreciadas del mundo y no es por suerte, sino por el enorme y atractivo abanico de opciones que ofrece, bien sea a los habitantes locales, a los que se mueven dentro del país buscando nuevas experiencias o a los turistas que llegan de fuera.

La riqueza es inabarcable porque cada provincia, cada comarca y casi cada pueblo tienen algo que ofertar que los hace únicos. Del salmorejo cordobés a los calçots en Cataluña o de la paella valenciana a las empanadas gallegas, las posibilidades son interminables. Y eso no es una excepción en Castilla-La Mancha. Esta comunidad dispone de una excepcional riqueza en lo que se refiere a materias primas y productos del campo que convierten muchas recetas en auténticas delicias: espárragos, ajos, frutos secos, cordero, hortalizas, aceite…

Pero así como cada zona cuenta con sus platos típicos, también hay épocas del año en las que se elaboran manjares específicos y la Semana Santa es sin duda una de las más importantes. Incluso desde semanas anteriores se va notando la influencia de estos cuatro días. En los viernes de cuaresma la Iglesia no permite comer carne a sus fieles y, a pesar de que se trata de una costumbre cada vez más en desuso, esta antigua obligación ha dejado perlas como el potaje de garbanzos, bacalao y espinacas, un fijo durante décadas en miles de hogares españoles para esos seis viernes previos al Domingo de Ramos (y también para Viernes Santo).

Un alegrón para Semana SantaUn alegrón para Semana Santa - Foto: Pablo LorenteDel Jueves Santo al Domingo de Resurrección también existen manjares que, aunque no siempre son exclusivos de esos días, sí se degustan más habitualmente. El cordero es uno de ellos y en Castilla-La Mancha tiene su mayor exponente en la raza manchega, que ofrece unos animales con una carne exquisita gracias al magnífico manejo de sus ganaderos.

Y el bacalao no pierde protagonismo, estando presente en muchos más platos que en el potaje. Dado que es un producto fácil de conservar gracias al salazón y de transportar a zonas del interior donde antiguamente no llegaba pescado fresco, sustituye a la proteína de la carne en multitud de recetas como las tortas de bacalao, también típicas de Semana Santa en muchas áreas de la comunidad.

Pero si hay algo realmente típico de este periodo del año es sin duda la repostería, con una serie de magníficos exponentes que, además, utilizan en muchos casos dos de los productos más importantes que ofrece el sector primario castellanomanchego: el vino y la miel. Hay que recordar que Castilla-La Mancha es la mayor región vitivinícola del mundo (baste decir que produce la mitad del vino español) y que cuenta en la comarca de La Alcarria, a caballo entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, con la miel con denominación de origen más conocida y apreciada de toda España, además de con otras muchas mieles de excelente calidad.

Un alegrón para Semana SantaUn alegrón para Semana Santa - Foto: PABLO LORENTE Pablo LorenteAmbos productos cuentan con el doble sello de garantía que es la marca 'Campo y Alma Castilla-La Mancha' (campoyalma.com), la cual permite distinguir los productos agroalimentarios que se producen, elaboran o transforman en Castilla-La Mancha y que están acogidos a una denominación de origen protegida (DOP) o indicación geográfica protegida (IGP), de manera que ayuda al consumidor a identificar los productos de calidad de esta comunidad.

La reina.

Entre esos dulces, sin duda el que más tradición tiene, no solo en esta comunidad autónoma sino en toda España, es la torrija. Hay constancia de la elaboración de una torrija primigenia ya en el siglo I gracias Marco Gavio Apicio, gastrónomo romano que recopiló recetas de su época y habla de pan sumergido en leche, aunque no hace mención aún al rebozado de huevo. En España, las primeras recetas se remontan al 'Libro de Cozina' de Domingo Hernández de Maceras (1607) y 'Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería' de Francisco Martínez Motiño (1611). Parece ser que la torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino.

Hoy en día la base de este postre sigue siendo la misma, aunque han surgido variantes que ofrecen una gran cantidad de sabores a los golosos, hasta el punto de que llegan a elaborarse con sabor a crema catalana e incluso a mojito. Sin embargo, las más demandadas siguen siendo las tradicionales. Puede empaparse el pan en leche y, tras el rebozado, espolvorear con azúcar, pero el vino y la miel de Castilla-La Mancha pueden mejorar el resultado. No hay mejor opción que un buen pan de días anteriores (el pan de cruz de Ciudad Real es una excelente elección) bien empapado en vino (tinto o blanco, dulce o seco). Se reboza y, al sacarlo de la sartén, se baña en un almíbar elaborado a base de miel y agua.

Pero la torrija no es el único postre típico de Semana Santa en Castilla-La Mancha que lleva vino o miel entre sus ingredientes. Las rosquillas o roscos de vino, muy populares en Navidad, también se elaboran durante estos días (de hecho, desde que comienza la cuaresma) en muchos rincones de la región. Los pestiños, las flores y las hojuelas, los tres con una masa relativamente similar, llevan asimismo vino como uno de los ingredientes más importantes y además se pueden aderezar con miel (la frase hecha «como miel sobre hojuelas» no es un invento sin fundamento). También los bizcochos borrachos de Guadalajara, típicos todo el año y con el vino dulce como ingrediente más importante, aumentan su demanda durante estos días.

Así, el vino y la miel, dos productos de primera calidad que salen del campo castellanomanchego, ayudan a endulzar y alegrar estos días que no solo son procesiones, pasos y penitencias.

 

Torrijas con vino y miel de 'Campo y Alma' Castilla-La Mancha

Ingredientes:

-Pan para torrijas

-250 ml de vino de alguna de las denominaciones de origen de Castilla-La Mancha

-250 ml de agua

-Una pizca de sal

-300 gr de miel de la Denominación de Origen La Alcarria

-Agua

-2 huevos

Preparación

1- Se empapan bien las rebanadas en el vino; se puede rebajar con agua.

2- Se rebozan con huevo batido y se fríen en abundante aceite de oliva virgen extra (castellanomanchego, por supuesto).

3- Se colocan sobre un papel absorbente para evitar el exceso de aceite.

4- Se pone la miel en un cazo sin subir mucho la temperatura para que no pierda propiedades y se va añadiendo agua hasta conseguir un almíbar de la consistencia deseada.

5- Se empapan bien las torrijas en el almíbar y, si se quiere, se añade un poco más de miel por encima. Que reposen unas horas y listo.