"Me gusta suscitar curiosidad y preguntas, no dar todo mascado"

Juana Samanes
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Le gusta observar la realidad y reflejarla en sus películas de forma realista, lo que hace más creíbles las historias que lleva a la gran pantalla

"Me gusta suscitar curiosidad y preguntas, no dar todo mascado"

Se repite continuamente el tópico de que «EEUU es la tierra de las oportunidades», pero el filme Repostero y chef le lleva, de alguna forma, la contraria incidiendo en que cualquier país occidental es bueno para conseguir el triunfo si va acompañado de esfuerzo y trabajo. Se trata de un drama dirigido por Sébastien Tulard, que se estrenará en los cines el 30 de junio. 

Asombra de su película que esté basada en hechos reales: ¿El ser tan singular la vida de Yazid, fue lo que le impulsó a llevarla al cine?

Realmente fue un encargo. Cuando leí el guion me interesó ese recorrido de Yazid, esas ganas de triunfar y tener esperanza en trabajar en lo que le gustaba.

Toda la película es un canto a la verdadera vocación pero también al esfuerzo. ¿Cree que son unos mensajes que deberían calar entre los jóvenes?

Yo creo que esta película describe una historia de supervivencia, y de ahí la obsesión de Yazid por triunfar para salir de su situación precaria. Él encontró su pasión y su camino en la repostería. Creo que actualmente en Francia y en todo el mundo, la cocina permite una ascensión social sin necesidad de títulos o diplomas. 

Observo que muchas de las últimas películas del cine francés tienen como protagonistas a inmigrantes que intentan hacerse un hueco en su país. ¿Son las historias más interesantes para contar?

Que el protagonista sea inmigrante es un poco el azar. Realmente no hay tantas referencias a su origen. Lo que se narra es su ascensión social. Claramente los inmigrantes en Francia tienen más probabilidades de pasar por situaciones vulnerables porque los franceses vivimos mejor y no estamos en peligro. 

Repostero y chef también tiene un contenido que habla de la reconciliación y el perdón. Pero debe ser difícil, como plantea en su película, que sea tu propia madre quien te amarga la vida.

Hay una paradoja en la película. La madre es tóxica pero también es un motor. Como ella le impide vivir su vida, Yazid, gracias al carácter que tiene, se convierte en un luchador. 

¿Aquí la gran labor de cariño, de apoyo, lo obtiene Yazid de una familia de acogida o son parientes? No queda claro en el filme.

A mi no me gusta dar todo mascado para suscitar en el espectador curiosidad y preguntas. Es una familia de acogida y, curiosamente, la frase más bonita la pronuncia la que Yazid llama tía: «No soy tu madre, pero tú eres mi hijo».

Su película abre el apetito. ¿Esos platos de repostería que realiza Yazid se cocinaron a propósito?

Toda la repostería que sale se hizo ex profeso para la película, trabajé con Yazid para que la repostería fuera apetitosa, y todos los pasteles que vemos son comestibles y, después de rodar, los disfrutábamos el equipo de la película.