Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea buscan en la cumbre de este jueves y viernes la fórmula de consenso para pedir una tregua en la guerra entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que garantice el acceso humanitario y la entrega de ayuda a la población de Gaza tras los bombardeos continuados de Israel tras el ataque sin precedentes del pasado 7 de octubre.
Los líderes de los Veintisiete abordarán la acuciante crisis humanitaria en la Franja de Gaza con el objetivo común de garantizar la entrega de ayuda, en concreto alimentos, medicamentos y gasolina, y proteger a los civiles. El reto es amoldar el mensaje para conseguir en la práctica un mayor flujo de suministros a la Franja desde el paso de Rafá, tras dos semanas de ofensiva israelí que ha dejado más de un millón de desplazados.
Pese al consenso general y la convergencia entre los socios europeos sobre este objetivo, queda por ver el lenguaje que emplean los Veintisiete para reclamar una pausa en los combates que, ante las reticencias de Estados miembros como Alemania o Austria, deje claro el derecho de Israel a combatir al grupo terrorista. En frente, España es de los países que más vehementes se han expresado a favor de un alto el fuego, en línea con la postura del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Por su lado, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aspira a llegar con un texto de conclusiones cerrado para evitar debates semánticos, aunque todo apunta que las conclusiones llegarán abiertas a la cumbre y los líderes tendrán que encontrar un equilibrio. Teniendo claro que no hay consenso para llamar a un alto el fuego, la alternativa que se plantea en los primeros borradores que ha podido ver Europa Press es referirse a una "pausa humanitaria", aunque las sensibilidades son tan fuertes que los diplomáticos discuten otras opciones como "pausas" o "ventana".
"El lenguaje importa. Las palabras están ahí para posicionarse sobre una realidad y lo importante es que nos sirvan para conseguir los objetivos", apunta un alto cargo de la UE respecto un debate que reconoce emocional y sensible en el que los Veintisiete tendrán que conciliar posiciones.
Otras fuentes europeas minimizan las divisiones en el seno del bloque y aseguran que la petición de una pausa no genera "ningún problema". Este término se perfila en las últimas horas como la posición de consenso en el escenario internacional, la que se han sumado también otros actores relevantes en la crisis como Estados Unidos y Reino Unido.
Durante la cumbre los mandatarios europeos debatirán por videoconferencia con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en un momento en el que Europa busca mantener la atención sobre el conflicto a sus puertas, frente al recrudecimiento de la situación en Oriente Próximo que amenaza con restar foco y apoyo internacional a Kiev. Se espera que los líderes manden un mensaje de firmeza para sostener la ayuda militar, financiera y político y aborden cuestiones como el uso de los bienes rusos congelados.
Aunque la guerra en Gaza haya atraído atención, en Bruselas niegan que haya fatiga en el respaldo a Ucrania y ponen en valor que todos los canales de cooperación con Kiev siguen funcionando, incluyendo las conversaciones para adoptar una nueva ronda de sanciones, que se convertirá en la 12ª desde la invasión rusa.
Migración y terrorismo
Los líderes tienen previsto también tener un debate "estratégico" en materia de migración, a la luz de los avances en las negociaciones del Pacto de Migración y Asilo y del foco puesto ahora en la necesidad de potenciar las deportaciones con más medios y mayor cooperación con países terceros.
Sin embargo, la referencia a este debate en el texto de conclusiones se limitará a una frase que evoque que ha tenido lugar la discusión para evitar que las diferencias entre gobiernos, especialmente la voluntad de veto por parte de Hungría y Polonia a toda iniciativa en esta área, compliquen la adopción del documento.
Fuentes diplomáticas, no obstante, advierten de que hay varios países que tratan de vincular la migración con otro fragmento de las conclusiones, el que se refiere a los recientes atentados terroristas en Francia y Bélgica, para endurecer el lenguaje. Ya la semana pasada, los primeros ministros de Bélgica y Suecia, acompañados por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aprovecharon una comparecencia tras el atentado de Bruselas para exigir un fortalecimiento del control de la frontera exterior.
Revisión del marco financiero plurianual
Se espera también que los líderes proporcionen orientación sobre sus prioridades en el marco de la revisión del marco financiero plurianual, sobre el que los Veintisiete deben adoptar aún su posición para iniciar las negociaciones con el Parlamento Europeo "lo antes posible", según han apremiado fuentes comunitarias.
Esa orientación servirá para establecer el mandato del Consejo respecto a la propuesta de revisión que la Comisión Europea presentó en junio y que incluye un paquete de ayuda a Ucrania de 50.000 millones de euros para el periodo entre 2024 y 2027, que pretende financiar con aportaciones de los Estados miembro, una petición que fue rechazada por el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, quien ya avisó al resto de líderes de que veía "inaceptable" elevar presupuesto común para Ucrania y migración.
Orbán cuestionó también que la Comisión pidiese más recursos para "cubrir el déficit" presupuestario derivado de "tipos de interés inaceptables" y criticó que Bruselas mantiene bloqueados fondos a Hungría y Polonia de anteriores préstamos conjuntos, decisión que tomó al entender que ambos países vulneraron el Estado de derecho.