Legados despreciados

C. Cuesta (SPC)
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Recibir una herencia puede convertirse en una situación incómoda para los beneficiarios de testamentos que lleven implícitas más cargas que ingresos, como ocurrió a 55.000 españoles en 2022

Legados despreciados

Una de las situaciones más complicadas para una familia es que llegado el día de heredar el patrimonio de sus progenitores o de personas afines que les confían sus legados se ven obligados a renunciar a sus bienes por diferentes causas, tanto económicas, como personales.

En España, 55.500 personas renunciaron a sus herencias el pasado 2022. Una tendencia alcista que se viene registrando cada vez más en los últimos años. 

Teniendo en cuenta que en 2022 se tramitaron 355.000 testamentos, la proporción se disparó hasta el 15,6% anual, lo que marcó un nuevo máximo histórico, según el Consejo General del Notariado (CGN).

No se trata de un tema menor. De hecho, las renuncias se han triplicado en los últimos 12 años debido a las deudas y cargas económicas que las personas que fallecen dejan a sus herederos y a las personas o entidades afines a ellos.

Las regiones donde más incidencia tuvieron estos datos de renuncia fueron Andalucía, Cataluña y Madrid con porcentajes que oscilan entre el 14% y el 20%. Las deudas suelen ser la principal razón, puesto que en el caso del impuesto de sucesiones de padres a hijos cada vez es menor ya que la tributación en estas herencias es prácticamente testimonial en la mayoría de las autonomías españolas.

Los expertos señalan que hay casos en los que se rehusa el testamento de familiares lejanos por que no se asume su merecimiento o bien por que los impuestos que hay que liquidar no compensan. También, se da el caso de que uno de los beneficiarios renuncia al no poder afrontar las deudas y se lo cede a otro heredero que sí se hace cargo.

Los expertos explican que lo más habitual en estos casos suele ser la tributación que existe en alguna región española, más que la alta tasa de morosidad que pueden llevar implícitas algunas herencias.

Cabe recordar que Andalucía es, por ejemplo, una de las regiones que más ha tardado en eliminar el impuesto de Sucesiones, aunque en la actualidad ha quedado en el 1%. 

En este contexto, la cifra de herencias se desplomaron el pasado año de las 365.897 registradas en 2021 a las 356.705 del curso pasado ante una normalización de los decesos ocurridos durante la pandemia.

Por otro lado, también se achaca el peso de las renuncias a la difícil situación económica de muchas familias que carecen de la liquidez suficiente para pagar los gastos que se derivan, tanto de impuestos como de notaría y los recargos que se aplican si se hacen fuera de plazo.

Cuando un difunto ha dejado más pasivo que activo es cuando generalmente se rechaza un legado aunque, en ocasiones, por cuestiones sentimentales se acepta y se heredan las deudas, aunque también se da el caso contrario de que ha existido una mala relación y se opta por el desistimiento.

Los notarios prevén, además, que dado que la difícil situación económica se puede prolongar durante los próximos dos o tres años, es de imaginar que se sigan dando altos porcentajes de renuncias en España.

Costes

Respecto a los costes asociados a la tramitación de una herencia, los expertos sostienen que es un largo proceso en el que entran en juego factores como el impuesto de Sucesiones, las plusvalías municipales de los bienes inmuebles donde se requiere la suficiente liquidez para afrontar estos pagos.

Las mayores bonificaciones fiscales en España se dan actualmente en Madrid, Andalucía, Galicia, Castilla y León donde el peso de las renuncias oscila entre el 13% y el 20%, una horquilla similar a la que se da también en Valencia o Cataluña con los mayores tipos impositivos.

Los asesores en estas cuestiones recomiendan a los herederos acogerse a la «aceptación a beneficio de inventario», una fórmula bastante desconocida pero que da la posibilidad de dejar a salvo el patrimonio preexistente ante posible deudas.