Le costó arrancar a Osasuna, que durante los primeros 15 minutos de partido estuvo dominado por el juego del Deportivo Alavés. Los vitorianos estaban mejor posicionados sobre el verde y se mostraban ganadores en segundas jugadas. Así el equipo de Pamplona sufría y en el minuto 17 llegaba una clara ocasión para los de casa. Hagi fue el autor de un remate cruzado que se marchó muy cerca del poste de la portería defendida por Sergio Herrera.

De lo que pudo ser el 1-0 se pasó a un partido más equilibrado, en el que Osasuna parecía que empezaba a ganar presencia en campo rival. Rubén Peña y Rubén García comenzaban a darle profundidad al equipo rojillo por el perfil derecho, mientras que Moncayola e Iker Muñoz ajustaban posiciones en la medular. El Alavés esperaba en campo propio, cada vez más hundido sobre su portería ante las posesiones visitantes. En una de esas, Iker Muñoz se asomó al balcón del área y conectó un remate raso que también se marchó fuera por muy poco. Ya se veía a un Osasuna más reconocible y alcanzado el minuto 36 José Arnaiz estableció el 0-1. Un gran gol anotado de fuera del área con un potente remate ajustado a la escuedra. El primer gol del delantero rojillo en esta su segunda etapa vistiendo la elástica osasunista y que a buen seguro le vendrá bien para mejorar la imagen dada hasta el momento.

Con la diferencia en el marcador el Deportivo Alavés volvió a ganar protagonismo con balón y como ya ocurriera en los primeros minutos, los de Vitoria volvían a someter a los de Pamplona. Sergio Herrera evitó el empate con una gran parada a cabezazo de Luis Rioja nada más anotar Arnaiz y sujetó a los rojillos hasta el descanso. El cuadro local ofrecía una buena imagen, pero estaban faltos de acierto. Pese a los cinco minutos de añadido el marcador no se movería en lo que restaba de primera mitad.

Osasuna

Al paso por vestuarios Sergio Herrera volvió a ser clave en una nueva llegada de Hagi. El portero rojillo cuajó una parada al más puro estilo de balonmano, con los brazos abiertos en un tiro desde dentro del área. Esa jugada precedía a otra que sesultó determinante, ya que en el contragolpe osasunista por banda derecha, esa internada acabó en un balón al otro costado que dejó a José Arnaiz frente al portero. Sin embargo, el goleador osasunista fue derribado en última instancia por Blanco y éste fue expulsado con roja directa. A partir de ahí (minuto 49) el Deportivo Alavés se quedaba con un jugador menos.

Pese a la diferencia en el número de efectivos el control de los navarros no era tal y el Deportivo Alavés buscaba empatar. Arrasate, viendo el partido en la grada por expulsión, decidió dar entrada a Lucas Torró por Iker Muñoz y a Mojica por José Arnaiz. La presencia del cafetero sería efímera, pues caía lesionado y Jesús Areso le tenía que sustituir solo seis minutos después. Además de dicho cambio, Raúl García abandonaba el terrerno de juego para que entrase Budimir. El partido entraba en sus último 20 minutos reglamentarios con un Osasuna falto de juego y un Alavés que no bajaba los brazos.

Sergio Herrera, que estaba siendo el hombre del partido, tuvo que ser sustituido en el 79 dados unos problemas musculares, que no le dejaron continuar sobre el verde. Tras el cambio por Aitor Fernández los rojillos gozaron de una clara ocasión para hacer el 0-2. Vino en una jugada al contragolpe por el perfil izquierdo, donde Budimir centró un balón al área y Rubén García llegando en carrera cabeceó al larguero. Osasuna seguía sin hacer valer su superioridad. Los rojillos no eran capaces de enlazar varios pases seguidos y dormir el partido, aunque en la única en la que sí lo hicieron, Budimir aprovechó una gran acción entre Aimar Oroz y Juan Cruz, para dentro del área recibir el balón y superar al portero. El 0-2 llegaba en el minuto 89.

Diez minutos de prolongación

Fuera del tiempo reglamentario el colegiado señaló una pena máxima a favor de Osasuna, ante una nueva llegada de Budmir. Sin embargo, el VAR corrigió al colegiado y el penalti no fue tal. Los aficionados de Osasuna y Alavés intercambiaban cánticos de apoyo entre ambos equipos, evidenciando una vez más la gran relación existente entre ambos clubes. Tras el 0-2 la tranquilidad apareció en Osasuna y también el Alavés parecía bajar los brazos sabedores de lo mucho que había que remar para voltear el marcador.

De esa manera el partido llegó a su final y los tres puntos se marcharon para la capital de Navarra.