El campo está quemado

Miguel Herrera (SPC)-Agencias
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Agricultores y ganaderos muestran en Madrid su descontento con las políticas comunitarias y nacionales en una manifestación que llevó a 1.500 tractores hasta la capital, aunque solo unos poco lograron alcanzar las puertas del Ministerio

El campo está quemado - Foto: Carlos Luján Europa Press

En la tercera semana de protestas por toda España y bajo el lema 'Nos sobran los motivos', el miércoles Madrid fue testigo de la que, hasta ahora y a falta de numerosas citas de esta naturaleza por todo el país, ha sido la movilización más multitudinaria del sector primario este mes de febrero. Convocada inicialmente por Unión de Uniones hace ya un mes, a la llamada acudieron muchos de sus miembros, pero también innumerables agricultores a título personal, pertenecientes o no a otras organizaciones agrarias (COAG, UPA, ASAJA).

Cinco columnas de tractores que arrancaban desde sus lugares de origen en las jornadas previas iban acercándose a la capital por diferentes vías con la clara intención de hacerse ver en la ciudad y conseguir un encuentro con el ministro Planas, que ya se había reunido unos días atrás con las OPA reconocidas por el Ministerio (ASAJA, UPA y COAG), pero sin darle oportunidad a Unión de Uniones de plantear sus propuestas. Entre los tractores, y más allá de algunas enseñas de esta organización, se vieron abundantes banderas de España y muchos lemas ('Burocracia y administración arruinan mi explotación', 'Sobran papeles. Faltan soluciones', 'Sin campo no hay vida' o 'Estáis matando a la ganadería y nadie hace nada'), pero nada que apuntara a una politización que PSOE, PP y otras formaciones están en empeñadas en destacar, aunque pensando más en el partido electoral que le pueden sacar que en echar un capote a agricultores y ganaderos.

La Delegación del Gobierno habló de 4.000 manifestantes y los organizadores cifraron los asistentes en 12.000. El caso es que llegaron agricultores de todas partes de España. Con algunos incidentes y momentos de tensión que afortunadamente no pasaron a mayores y a pesar de que dos tercios de los 1.500 tractores se tuvieron que quedar fuera de Madrid por imperativo de las fuerzas de seguridad, finalmente, aunque con bastante retraso sobre el horario previsto, las cinco columnas confluyeron en la Puerta de Alcalá para poner rumbo hacia el Ministerio de Agricultura, al que solo llegaron unas decenas de tractores.

«La gente está quemada» o «Si estoy aquí es porque no queda otra» fueron frases comunes que resumían el sentir de los asistentes. La sequía y los costes de producción atenazan al campo y, mientras tanto, lo que perciben los agricultores y ganaderos es que las autoridades nacionales y comunitarias están más preocupadas por las medidas medioambientales en un territorio -la Unión Europea- que es de los más avanzados del mundo en esa materia en vez de ocuparse de mantener un sector productor sano que garantice una cierta soberanía alimentaria y que además, no se puede olvidar, es el pilar sobre el que se asientan las inmensa mayoría de los ecosistemas europeos.

Organizaciones ecologistas llamaban días atrás a las autoridades a mantener la presión sobre los aspectos medioambientales de la agricultura porque «sin medio ambiente no hay agricultura», según ellas. Pero quizá sería más lógico pensar que, si los ganaderos y agricultores comunitarios cierran sus explotaciones, el medio ambiente que conocemos y que en teoría se quiere conservar desaparecería. Eso por no mencionar que, además, la alimentación de los ciudadanos de la Unión pasaría a depender de territorios extracomunitarios en los que no existen las garantías sanitarias, sociales y también medioambientales que hay en Europa.

Apoyo.

Lo cierto es que agricultores y ganaderos tomaron Madrid el miércoles porque se sienten agraviados y ninguneados. Ataviados con chalecos reflectantes y pancartas en contra de la Agenda 2030 y de las medidas de la Unión Europea, gritaron proclamas en favor de la ganadería y el campo. A pesar de no participar en la convocatoria y de la ausencia de sus máximos responsables, ASAJA, COAG y UPA apoyaron la manifestación y, de hecho, una buena parte de los asistentes pertenecía a estas organizaciones.

Pedro Barato, presidente de ASAJA, insistió -«para no confundir a nadie»- en que toda movilización que «se haga en defensa del sector tiene nuestro respeto, nuestra comprensión y nuestro apoyo; ese es el camino». «Hay que movilizarse para decirle a los poderes públicos lo que han hecho mal, que lo podían haber hecho bien», afirmó en referencia a cuestiones como la flexibilización de la Política Agraria Común (PAC) o la entrada de productos de terceros países; «y eso se para con soluciones, no con declaraciones».

El secretario general de COAG, Miguel Padilla, manifestó que «vamos a seguir luchando hasta que se consigan los objetivos porque estamos en una situación muy difícil; y las organizaciones nos manifestamos cuando hemos agotado la vía de la negociación y hay que demostrar que hay un problema», afirmó Padilla, quien insistió en el respeto a las movilizaciones que se están produciendo en toda España en las que no haya violencia.

Desde UPA, su secretario general, Lorenzo Ramos, también quiso subrayar el éxito de las manifestaciones convocadas bajo la unidad de acción junto a ASAJA y COAG,   -«la gente lo que quiere es que vayamos todos unidos»- y recordó que se ha «abierto un diálogo y una negociación con el Ministerio, con una serie de mesas» en las que se están trabajando en las 18 medidas que Luis Planas les presentó la semana pasada, de carácter técnico, y de las que espera que salgan «cosas tangibles, de modo que podamos decirle a los productores que nos hemos movilizado y estamos consiguiendo cosas».

A pesar de esas medidas, las protestas convocadas por estas tres organizaciones para los próximos días no se han desconvocado. Desde las OPA calificaron la reunión en la que Planas les presentó esas 18 medidas como un «paso adelante; cosas que antes no se podían hacer, ahora son viables», destacaron, «pero tiene que haber más».

El paquete presentado por el ministro incluye siete bloques en los que avanzar. En primer lugar, habla de un refuerzo en la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria, con la creación de una Agencia Estatal de Información y Control Alimentarios (organismo que, en realidad, ya existe, pero que será elevado de rango) con más capacidad administrativa de control e inspección con mayores medios para el cumplimiento de la ley. Además, España propondrá a la Comisión Europea la actualización de la directiva sobre prácticas comerciales desleales, para la que servirá de modelo la reforma de esta norma aprobada en diciembre de 2021. 

Asimismo, el Gobierno va a trasladar a la Unión Europea en el Consejo de Ministros del próximo día 26 varias propuestas de simplificación de la normativa sobre Buenas Condiciones Agrarias y Medioambientales (BCAM) de la Política Agraria Comunitaria (PAC). Y en el ámbito de las competencias del Gobierno y las comunidades autónomas, la propuesta ministerial es la simplificación de la carga administrativa para agricultores y ganaderos y la gestión del Plan Estratégico Nacional de la PAC (PEPAC, propuestas que se han trasladado ya a la Comisión Europea para que sean autorizadas en el Consejo del día 26. 

También se ampliará el catálogo de los ecorregímenes, la nueva figura de la PAC introducida en este año que remunera prácticas beneficiosas para el medio ambiente, para tener en cuenta a las zonas especialmente áridas. 

El Ministerio ha anunciado, asimismo, que la implantación del cuaderno digital de explotación tendrá carácter voluntario y que se habilitarán medias para incentivar su puesta en práctica, dado que, según explicó el Ministro, se considera una herramienta fundamental para la mejora de la sostenibilidad en las explotaciones agrícolas y ganaderas. 

El Gobierno se compromete a defender en todos los foros internacionales, y en particular en la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio, el principio de reciprocidad en la utilización de productos fitosanitarios en la producción de alimentos importados de terceros países. Si un producto fitosanitario está prohibido en la UE, no debe utilizarse tampoco en la producción de alimentos que vayan a ser importados. Se mantendrá la reducción en el impuesto de hidrocarburos para el gasóleo de uso agrícola, con un tipo de 3,3 céntimos por litro, frente al general de 37,9 céntimos por litro. 

En cuanto al relevo generacional, Planas se limita a manifestar que es clave que el Gobierno y las comunidades autónomas se pongan de acuerdo en articular apoyos para fomentar la incorporación de jóvenes y ha anunciado la convocatoria de una Conferencia Sectorial específica para abordar este asunto.

Ante la vaguedad de muchas de estas propuestas, las organizaciones agrarias han decidido mantener un calendario de movilizaciones que, por cierto, volverá a llenar Madrid de agricultores y ganaderos el próximo día 26.

En otros lugares.

La manifestación en Madrid fue la más multitudinaria, pero no la única que se celebró en España este miércoles. ASAJA, COAG y UPA, con el apoyo en algunas regiones de Cooperativas Agro-alimentarias, convocaron actos de protesta en Córdoba, Gran Canaria, Málaga y Murcia, además de una tractorada infantil en Palencia. También en Aragón salieron de nuevo a las carreteras cortando la autovía A-2 a la altura de La Almunia de Doña Godina, en sentido Madrid; y la N-122 y A-127 en los accesos a la AP-68 y A-68 en Magallón. Además, unos 600 agricultores y más de un centenar de vehículos, principalmente camiones con colmenas, ralentizaron el tráfico en cuatro de los accesos a la ciudad de Cáceres. Y en esa misma provincia, concretamente en Plasencia, un centenar de agricultores y ganaderos protagonizaron una sonora manifestación.

En Málaga, cientos de agricultores tomaron con sus tractores el centro de la ciudad procedentes de distintos lugares de la provincia desde las carreteras la A-357 y A-45 hasta reunirse en el Paseo del Parque, el corazón de la capital. En Murcia, en torno a 2.000 tractores y vehículos agrarios avanzaron por diferentes autovías y carreteras de la región hasta llegar a la capital.