Pamplona ha dicho adiós esta medianoche a los Sanfermines de 2023 con un multitudinario Pobre de mí que ha cerrado oficialmente 204 horas ininterrumpidas de fiesta en la calle, aunque muchos las alargarán durante toda la madrugada al coincidir con el inicio del fin de semana.

La recientemente elegida alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, se ha estrenado en el protagonismo del acto y a las 12 en punto de la noche ha salido al balcón de la Casa Consistorial, sobre una plaza abarrotada de personas que portaban ya sus velas encendidas como preludio del luto que se les iba a anunciar.

Así, la alcaldesa, antes de quitarse el pañuelo rojo del cuello, el que cientos de miles de personas han lucido en la ciudad en los últimos 9 días desde que en este mismo lugar se lanzó el chupinazo, ha constatado: "Pamploneses, pamplonesas, se han acabado las fiestas de San Fermín".

Un multitudinario ‘Pobre de mí’ cierra los Sanfermines 2023

"Hemos sido vivido juntos unas fiestas increíbles, con una participación y número de visitantes de récord, y todo gracias a todas y todos vosotros, que habéis sido los mejores embajadores de Pamplona", ha dicho para pronunciar la no menos esperada y jaleada frase: "Ya falta menos para los Sanfermines de 2024. ¡Viva San Fermín, gora San Fermín!".

La ciudadanía, con sus pañuelos ya desanudados y en alto sobre sus cabezas, ha respondido entonando con la charanga el tradicional 'Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín', mientras se oía de fondo la traca final que se ha quemado en la plaza de los Burgos como cierre de los Sanfermines. 

Pero poco después, y como corresponde a un acto como este que mezcla la tristeza con la juerga, la plaza ha explotado de nuevo entre música y jolgorio, con el canto del "Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo..." para celebrar que en menos de un año volverán a reeditarse los Sanfermines en Pamplona, aunque para ello esta vez haya que esperar un día más, por ser bisiesto el 2024.

Así, la música de las peñas, que se han concentrado en la cercana Plaza del Castillo, ha retomado su carácter festivo, con canciones alegres y bulliciosas que de vez en cuando esta noche se alternan con la del triste Pobre de mí, aunque rápidamente el jolgorio gana a la pena, con una celebración que se hace ya con el pañuelo rojo anudado en la muñeca.