Tras ser anunciada la semana pasada, este miércoles se ha celebrado la reunión de la Mesa de la Sequía, convocada por el Ministerio de Agricultura y a la que también han acudido las autonomías, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España y el Ministerio para la Transición Ecológica. Esta cita había levantado muchas expectativas en el sector agrario por la crítica situación en la que se encuentra el campo español, pero no ha dejado satisfecho a casi nadie, a juzgar por las reacciones de las organizaciones agrarias y las comunidades autónomas, que han denunciado que no se ha planteado ninguna medida concreta.
En un comunicado, Agricultura ha manifestado que «el Gobierno trabaja en la preparación de un nuevo paquete de medidas de apoyo al sector agrario que mitiguen los efectos de la sequía sobre la producción agrícola y ganadera», aunque no ha concretado cuáles van a ser esas medidas. El subsecretario de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ernesto Abati García-Manso, ha anunciado que, además, el ministro Luis Planas, incomprensiblemente ausente de la reunión, va a remitir una carta de manera inmediata a la Comisión Europea para plantear todas aquellas medidas de flexibilización o de carácter excepcional en la aplicación de las normas de la Política Agraria Común (PAC) por las especiales dificultades en las que se encuentran los cultivos españoles.
El Gobierno ha concebido esta Mesa como un foro técnico de diálogo, coordinación y cooperación interadministrativa; pero el campo español no necesita diálogo, sino acción, según denuncian las organizaciones agrarias. A la salida del encuentro, el presidente de ASAJA, Pedro Barato, ha insistido, como ya había hecho a la entrada, en que la situación «no está para diagnósticos» y ha lamentado que Luis Planas no haya asistido al encuentro al tratarse de un «problema acuciante». ASAJA ha pedido un decreto de sequía «urgente» que recoja medidas económicas, fiscales y en el ámbito de los seguros agrarios. Además, ha pedido flexibilidad a la hora de aplicar la nueva PAC en ámbitos como el cumplimiento de los eco-regímenes y que se demore la entrada en vigor del cuaderno digital de campo. La situación es «caótica», ha dicho Barato, y se requieren acciones «concisas, concretas, claras y urgentes».
Desde COAG, el miembro de la comisión Ejecutiva Andrés Góngora ha reclamado, en el mismo tono, que se pase del diagnóstico a la acción con la aprobación de un decreto de sequía y un pacto de Estado para que la sequía «no se convierta en un arma arrojadiza entre comunidades autónomas y Gobierno central». Además, ha solicitado la constitución de una mesa interministerial con Agricultura, Economía, Hacienda y Transición Ecológica para «sacar adelante todo tipo de medidas» porque la situación «es muy grave». Al igual que Barato, ha pedido flexibilidad tanto en la PAC como a la hora de implantar otras normativas para el uso de los fitosanitarios.
Por su parte, el secretario ejecutivo de UPA, Ignacio Huertas, ha incidido en la necesidad de poner «presupuesto» comunitario, nacional y autonómico sobre la mesa para adoptar planes «urgentes» de respuesta. Esta organización ve pertinente que se celebre un encuentro «al más alto nivel, es decir, con el ministro Luis Planas» en el plazo «más breve posible». UPA es partidaria de más ayudas directas al agricultor, de modificaciones legislativas para facilitar la gestión de las explotaciones y de flexibilizar las exigencias de la PAC: «Estamos ante una catástrofe muy amplia para el conjunto del sector, ante una situación absolutamente excepcional y lo que necesitamos son medidas excepcionales y cuanto antes».
Unión de Uniones, ausente en la reunión, se anticipaba hace unos días a la sensación general: «Si no actúa con urgencia el Gobierno es que no es consciente de la magnitud del problema y le da la espalda al sector. Nos negamos a que en la Mesa de la Sequía se maree la perdiz y no se tome ninguna decisión», algo que finalmente ha ocurrido. «No estamos para que nos digan lo mal que estamos. Gobierno y comunidades autónomas tienen que salir de la Mesa de la Sequía con medidas concretas e inmediatas, como mínimo, y la situación exige de hecho una intervención directa de Pedro Sánchez», añadieron. Además, la organización ha elaborado un documento con 50 propuestas concretas orientadas a frenar las consecuencias de la prolongada falta de lluvias en el campo.
Las comunidades autónomas tampoco han quedado satisfechas. La consejera catalana de Acción Climática ha lamentado que no se hubiera planteado «ninguna medida concreta» y ha pedido, como las OPA, un real decreto de sequía. Por su parte su homóloga extremeña, Begoña García, ha requerido al Ministerio que pida a Bruselas una flexibilización del Programa de Desarrollo Rural para ayudar a los sectores más afectados.
Informe COAG.
La semana pasada COAG hizo público un informe sobre los efectos de la sequía en las diferentes comunidades autónomas. En él se puede leer que la falta de agua asfixia ya al 60% del campo español y da algunos datos que dejan clara la situación:
-Hay pérdidas irreversibles en más 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano y se dan por prácticamente por pérdidas las cosechas de trigos y cebadas en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y en las zonas más áridas de Aragón, Cataluña y Castilla y León.
-En cultivos leñosos, como frutos secos o viñedos de secano, ya están experimentando problemas en la brotación. En olivar, la situación puede complicarse si no hay precipitaciones en las próximas semanas.
-En el regadío también preocupan las restricciones en la dotación de agua, que mermarán con toda seguridad las siembras de verano y harán que muchos agricultores opten por reducir la superficie de maíz, girasol, arroz y algodón.
-La ganadería extensiva, principalmente la cabaña ovina, es otra gran perjudicada por la sequía. Si no llueve no hay pastos para poder alimentar a las ovejas y esto obliga a que los ganaderos tengan que recurrir a la compra de pienso y forraje para mantener a sus animales.
-Una situación muy similar es la que atraviesan los apicultores. La falta de vegetación y floración en los montes impide que las abejas puedan alimentarse y producir miel. Y con esta, sería la tercera campaña sin cosecha para estos profesionales.