El proyecto de la 2ª fase del Canal de Navarra ha llegado esta semana a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para su revisión y trámite de exposición pública, tras haber finalizado una supervisión previa por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Así lo ha trasladado la presidenta de la CHE, María Dolores Pascual, al consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza, en un encuentro que ha tenido lugar en la sede de la CHE en Zaragoza, informa el Gobierno Foral.
Al mismo han acudido también, por parte del Ejecutivo Foral, Joaquin Puig, subdirector de INTIA y responsable del área de Riegos y, por parte de la CHE, el director técnico, Francisco José Hijós Bitrián.
Los representes del Gobierno y de la CHE han compartido la urgencia de la tramitación de este proyecto. CANASA trabaja con la previsión de licitar las obras de la 2ª fase del Canal a finales de 2023. El plazo para la ejecución total de las obras de conducción es de 48 meses y a inversión total ascendería a 249,7 millones de euros.
El consejero Ciriza ha incidido en que suministrar agua de calidad a la Ribera lo antes posible es una cuestión prioritaria y en este contexto ha valorado este "nuevo e importante avance".
"Nos encontramos ya en la recta final de la tramitación administrativa con la revisión del proyecto constructivo por parte de la CHE y el trámite de exposición pública", ha sostenido, tras lo que ha00 reiterado su disposición a seguir colaborando en un proyecto que consideran "estratégico para el presente y futuro de nuestra comunidad".
Según las estimaciones que maneja el Departamento de Cohesión Territorial, las obras generarán durante los próximos años más de 3.500 puestos de trabajo.
El proyecto contempla la construcción de una conducción de acero a presión de 71,4 kilómetros de longitud, que empieza en el final actual del canal de Navarra en el término municipal de Pitillas, y termina en la laguna de Ablitas, cruzando en su recorrido los ríos Aragón, Ebro y Queiles, así como las Bárdenas Reales y las autopistas A-68 y AP-68 entre otras infraestructuras.
A lo largo de su recorrido se dispondrán un total de 12 tomas de riego y abastecimiento, que suministrarán el agua a los diferentes sectores de riego y abastecerán a los municipios beneficiados.
El proyecto prevé la construcción de dos balsas de regulación, la primera situada al principio del nuevo recorrido proyectado y tiene una capacidad de 107.000 m3, mientras que la segunda, y más importante, se sitúa en las proximidades de Tudela con una capacidad de 7,95 millones de metros cúbicos.