El 8 de agosto de 2024, Cataluña amaneció inmersa en la incertidumbre, una sensación de la que el presidente Salvador Illa no ha logrado deshacerse un año después. Aquel día las dudas giraban en torno la celebración del pleno de investidura por el anuncio del exmandatario fugado Carles Puigdemont de acudir al Parlament, mientras que ahora se ciñen sobre los retos pendientes del dirigente.
El socialista llega hoy a su primer aniversario con la financiación, la aplicación de la ley de amnistía y la aprobación de los Presupuestos como principales desafíos.
Illa se impuso en las elecciones catalanas de mayo con 42 escaños, seguido de Junts con 35 y ERC que bajó hasta los 20, y los resultados electorales dibujaron un Parlament más decantado hacia la derecha aunque la suma de PSC, ERC y Comuns le daban la posibilidad de configurar un tripartito de izquierdas al reunir los 68 diputados que requiere la mayoría absoluta.
La celebración del pleno de investidura pendió de un hilo, no por la falta de apoyos, sino por la incógnita en torno a Puigdemont, que se presentó ante sus fieles en el Arco del Triunfo de la Ciudad Condal y, aunque al terminar se daba por hecho que emprendería una marcha hacia el Parlament, burló la vigilancia de los Mossos d'Esquadra ante el desconcierto de muchos, no fue al pleno y consiguió desaparecer y volver días después a Bélgica.
Ante lo que estaba ocurriendo, Junts intentó paralizar el pleno, pero no lo consiguió, y finalmente Illa salió investido con el apoyo de ERC y los Comuns, con los había cerrado acuerdos para lograr sus votos.
Con los republicanos, selló un pacto en materia de financiación, y con los morados acordó aumentar el parque público de vivienda y fijar un tope al precio del alquiler de temporada.
Cupo catalán
El punto central de su acuerdo con ERC es la financiación singular de la región, también conocido como cupo catalán.
A este respecto, el pasado 14 de julio Gobierno y Generalitat anunciaron un pacto de financiación autonómica basado en los ingresos de las comunidades y no en el gasto como hasta ahora, pero sin concretar fechas ni cifras. Además, indicaron que la Agencia Tributaria de Cataluña empezará a recaudar el IRPF a partir de 2026, pero el plan director, encargado por la Generalitat a la consultora Minsait, prevé ahora que la Hacienda catalana asuma determinadas funciones sobre este impuesto desde 2028.
Cuentas en el aire
Tras su investidura, Illa no logró aprobar los Presupuestos de 2025, si bien pudo convalidar en el Parlament tres suplementos de crédito a las Cuentas autonómicas prorrogadas de 2024 con el beneplácito de sus socios de ERC y los Comuns.
Ahora, el president quiere centrar esfuerzos en poder aprobar los Presupuestos del año que viene, para lo que ya ha pedido al resto de fuerzas que antepongan los intereses de la región a los propios, aunque, al igual que Pedro Sánchez, si no consigue que prosperen, insiste en agotar la legislatura.
Ante el nuevo curso, Illa también se propone la aplicación «total y efectiva» de la ley de amnistía, con la vista puesta en Puigdemont. Sin embargo, la norma depende de lo que dictaminen los tribunales.