El crecimiento económico de las últimas décadas en España no se entiende si se descuenta lo que ha aportado a la economía el sector de la construcción, una auténtica locomotora de creación de riqueza y, especialmente, de empleo.
El dato de compraventa de viviendas se desplomó un 17,7% en 2020 con respecto al año anterior, hasta un total de 415.748 operaciones, registrando su mayor caída en nueve años y la menor cifra de transacciones desde 2016, según el INE.
Ante este escenario, en el que también los precios se han frenado por la pandemia, miles de inversores extranjeros y los ahorradores nacionales han visto en el mercado inmobiliario una excelente oportunidad para generar plusvalías en los próximos trimestres dado el gran dinamismo que sigue representando esta actividad, principalmente, en las grandes capitales como Madrid y Barcelona y, sobre todo, en las zonas costeras.
La construcción, que abarca desde el sector inmobiliario, las infraestructuras, hasta las estructuras industriales, es la actividad más grande en la economía global y representa el 13% del PIB del mundo. En España, aporta el 5% de este índice pero, entre 2006 y 2007, llegó a alcanzar el 12%.
Pese al freno que ha significado la pandemia del coronavirus al crecimiento inmobiliario, con un descenso del 30% en el número de visados que repercutirá en las cifras de este ejercicio y del próximo, casi el 70% de la oferta residencial para este año ya está vendida, lo que evidencia la gran potencia y el tirón que tiene este segmento y la preferencia de los españoles por comprar una casa frente a alquilarla.
Los expertos sostienen que, para este ejercicio, los niveles de inversión alcanzarán la edificación de casi 100.000 viviendas en todo el país gracias a que los tipos de interés hipotecarios han bajado y han facilitado que los bienes inmuebles sean un valor refugio en el que invertir.
Así, la actividad residencial se posiciona como el motor de la recuperación y el segmento que está actuando como la auténtica locomotora del crecimiento. En concreto, la vivienda habitual mantiene una demanda importante en una economía que la crisis ha bloqueado.
Por el contrario, las segundas residencias y la compra de casas por parte de extranjeros tendrán que esperar tiempos mejores puesto que su demanda ha quedado en un segundo término. También, la inversión en infraestructuras vinculadas con el turismo y el consumo registran una reducción significativa en sus volúmenes de contratación y de ventas en todo el país.
Los economistas adelantan que el desarrollo del mercado inmobiliario va a experimentar diferentes velocidades de recuperación, ante una previsible crisis de demanda por falta de solvencia en las familias y por un endurecimiento en las condiciones de financiación bancaria que se están produciendo por la incertidumbre económica existente.
Ante esta situación, una de las peticiones del sector es que las administraciones pongan a disposición de los promotores mayor cantidad de suelo público para construir pisos a precio tasado para facilitar su compra a las familias con menos recursos.
Actualmente, el suelo existente en las grandes capitales es limitado, lo que provoca que se tarde más en desarrollar nuevas promociones ocasionando un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Además, el gremio exige que la construcción participe en la agenda de los Fondos Europeos para atraer recursos financieros urgentes a la promoción residencial.
En este contexto, el sector inmobiliario está llamado a ser una de los principales motores de la recuperación económica en España.
De ahí, la importancia de poner en marcha avales y líneas de crédito en los préstamos, así como medidas fiscales que incentiven las operaciones de compra como, por ejemplo, la reducción al 4% del IVA para la primera vivienda y modificar la tributación de las cesiones de suelo que están gravadas con el 21%.
Lo mismo ocurre con la concesión de licencias urbanísticas que precisan reducir la burocracia actual y apostar por la digitalización para ganar en eficiencia y agilidad.
Hasta hace solo unos años, existían medidas como las deducciones por la adquisición de un piso o las cuentas de ahorro vivienda, que fueron muy eficaces, frente a las trabas actuales que dificultan el acceso de los jóvenes a este mercado.
Fórmula de ahorro
La adquisición de viviendas es, además, una de las formas de ahorro preferidas por los españoles y una garantía de futuro ante la incertidumbre y la insostenibilidad que presentan las pensiones, por lo que muchas personas optan por invertir en un piso como garantía de solvencia antes que en un plan para su jubilación.
En general, las estimaciones de los economistas para el sector residencial en 2021 son optimistas, aunque aseguran que hay que mantener cierta cautela porque el escenario vendrá marcado por la evolución de la crisis sanitaria y la recuperación de la economía nacional.
El objetivo que persigue esta industria en 2021 «es recuperar los visados de obra nueva y alcanzar un volumen de compraventas de 500.000 viviendas entre 2023-2024».
En términos contables, según señalan los auditores, en una promoción de viviendas el valor de suelo representa el 30%, los costes de construcción el 55%, que incluye la financiación, y el margen del promotor un 15%, lo que significa que, además de mover miles de millones de euros que nutren las arcas públicas mediante impuestos directos, genera anualmente más de 1,2 millones de empleos que cotizan a la Seguridad Social y generan riqueza y trabajo.