La frontera más peligrosa

Agencias-SPC
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El límite territorial entre las dos Coreas es una de las zonas más militarizadas del mundo y cruzarlo puede acabar convirtiéndose en un problema diplomático con un régimen comunista que rara vez respeta los Derechos Humanos

La frontera más peligrosa - Foto: Imagen de freestockcenter en Freepik

La tensión vuelve a los límites territoriales entre las dos Coreas después de que un ciudadano estadounidense -al parecer un soldado- fuese detenido hace unos días al entrar sin autorización en Corea del Norte durante una visita a la fuertemente militarizada frontera que divide ambos países.

Considerada como la última frontera de la Guerra Fría, la Zona Desmilitarizada de Corea (DMZ) es una franja de cuatro kilómetros de ancho que recorre 250 kilómetros, cortada por el paralelo 38, a través de la península de Corea, que divide la misma en dos países, la República Democrática de Corea al Norte y la República de Corea al sur.

Además de separar ambos Estados, la DMZ es también un límite ideológico que delimita un régimen comunista y autocrático en la parte septentrional y un estado capitalista y democrático en la meridional. Fue establecida al final del conflicto que comenzó en 1948 entre Estados Unidos y el Gobierno comunista de Pionyang.

Con el alto el fuego entre los combatientes en 1953, las dos partes acordaron retroceder dos kilómetros de sus líneas al norte y al sur a partir de la conocida como Línea Militar de Demarcación (LMD), que era el lugar donde estaba situado el frente de guerra de los dos Ejércitos en contienda.

Convertida en una de las fronteras más vigiladas y con mayor presencia militar del mundo, la separación entre las dos coreas es un área llena de vallas y alambradas, plagada de minas antipersonas para evitar que sea cruzada ilegalmente en cualquiera de los dos sentidos.

Una presencia militar que dificulta la actividad humana y a la vez la convierte en un refugio para la vida silvestre, como demuestra el proyecto Google Arts & Culture, publicado en marzo de 2023, que acredita como se han desarrollado especies salvajes en un área virgen y sin apenas presencia humana durante décadas.

Antecedentes

Otto Warmbier fue arrestado en enero de 2016, cuando tenía 21 años. El joven visitaba Corea del Norte como turista y, tras su detención, fue condenado a 15 años de trabajos forzados por intentar robar un cartel de propaganda del hotel en el que se hospedaba, lo que el Gobierno consideró un «acto hostil» contra el Estado.

La Casa Blanca consiguió que Pionyang liberara al joven en junio de 2017, pero Warmbier llevaba más de un año en coma, estado en el que entró poco después de su última aparición en público, durante su juicio en marzo de 2016.

Las autoridades norcoreanas sostiene que Warmbier sufrió un brote de botulismo y le dieron una pastilla para dormir, pero no volvió a despertarse. La familia refutó esa versión y sostiene que su hijo fue torturado hasta quedar en coma.

En 2015 un ciudadano norteamericano logró cruzar en secreto desde China hasta Corea del Norte, donde permaneció retenido nueve semanas, durante las cuales fue interrogado, antes de ser devuelto. Había residido en el país comunista «cinco o seis meses» en 2014 trabajando como cooperante en una granja en Rajin y decidió volver a entrar después de que las autoridades de Pionyang le denegaran un visado para un viaje organizado.

En noviembre de 2017 otro turista estadounidense, de 58 años, intentó cruzar al Norte por «motivos políticos», pero fue detenido en el Sur cuando intentaba traspasar los límites. Los pasos ilegales por la frontera entre las dos Coreas no son infrecuentes, pero prácticamente siempre llevar la dirección contraria y los protagonizan norcoreanos, a veces militares, que desertan a Corea del Sur. 

Uno de los casos más notables se produjo el 13 de noviembre de 2017, cuando un soldado del Norte huyó al Sur a través de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA) entre los disparos de sus compañeros. El desertor logró alcanzar la frontera surcoreana y sobrevivir.

En años recientes, el número de norcoreanos que ha logrado llegar a Corea del Sur se ha reducido enormemente (de los casi 1.000 que arribaron en 2019 se ha pasado a poco más de 60 en 2021 y 2022).

Las deserciones a través de las fronteras marítimas o terrestres entre los dos países son raras por el nivel de vigilancia militar que existe entre las líneas divisorias, por lo que la mayoría de norcoreanos que decide abandonar su país lo hace a través de la frontera con China.

Turismo en la DMZ

La zona desmilitarizada es también una atracción turística. Tanto con salidas en Seúl como desde Pionyang. Las agencias de viaje ofrecen a los turistas visitar la frontera y conocer la azarosa historia de los dos países. Desde el sur los viajeros pueden tener una visión del territorio norcoreano y conocer el Puente de la Libertad, el Tercer Túnel de Infiltración y el Museo DMZ.

Por su parte las agencias norcoreanas ofrecen visitas al Panmunjo, el edificio donde se firmó el armisticio entre los contendientes 70 años atrás, el Museo de la Paz o el monumento al presidente Kim Il-sung y la Línea de Demarcación Militar.