Derrota de Osasuna en el partido de ida de la ronda previa a la Conference League. Los rojillos pagaron caro un mal arranque de la segunda mitad y cuando lograron empatar, a los dos minutos el Brujas volvió a anotar. El equipo rojillo fue más protagonista que el belga, pero como ya ocurriera ante el Athletic en liga, volvieron a perdonar demasiado. Chimy Ávila fue el autor del único gol osasunista.
Empezó dominador Osasuna. Con el único cambio de Chimy Ávila por Budimir con respecto a lo visto el pasado fin de semana ante el Athletic, los rojillos se adueñaron del balón en el tramo inicial del partido. Se respiraba un gran ambiente en las gradas de El Sadar, que ofrecía una gran entrada para volver a presenciar un partido europeo 16 años después. Así, Rubén García fue el jugador más peligroso para los de Pamplona. Suya fue la primera ocasión en el minuto cuatro, en el que tras recibir un pase en profundidad de Chimy Ávila, no consiguió encarar al portero belga. Poco después fue el argentino quien remató de primeras un balón en la frontal, pero su envío se fue desviado. A partir de ahí se vio una disputa con Osasuna dominando el balón ante un Brujas ordenado. Los rojillos jugaban en amplitud de banda a banda, buscando los espacios y centros laterales, pero el rival mantenía la compostura. De nuevo Rubén García buscó anotar, en este caso con un golpeo lejano que despejó el meta con apuros. Después volvería a tener otra más clara, ya tras la pausa de hidratación. El atacante rojillo vio adelantado al portero y con sutil golpeo buscó picar la pelota, pero ese esférico se marchó fuera rozando el larguero.
Por parte del equipo visitante, lo más peligroso fue un remate de cabeza que no encontró portería. El Brujas buscaba jugar el balón cada vez que recuperaba y por momentos era capaz de arrebatárselo a los rojillos. Sin embargo, pese al criterio ofensivo que mostraban, no tenían demasiada finalización o por lo menos no intimidaban demasiado. Además, en los últimos minutos de la primera parte el juego se detuvo bastante fruto de las faltas. Así se llegó al descanso, con el empate sin goles.
Amargo regreso a EuropaAl paso por vestuarios ninguno de los dos equipos realizó cambios, pero el gol no tardó en llegar. Fue el Brujas quien puso el 0-1 por mediación de Skov Olsen. El delantero belga se zafó de su marca dentro del área y con disparo raso cruzó el esférico para que Aitor Fernández no pudiese detenerlo. Era el minuto 50 y la eliminatoria se ponía en contra.
No tardó Jagoba Arrasate en realizar los primeros cambios. El entrenador de Osasuna retiró del verde a Rubén García y a Aimar Oroz, dejando su sitio para Budimir y José Arnaiz (min 67). Poco antes Lucas Torró había dispuesto de una internada en el área que no logró rematar en el primer palo tras centro de Rubén Peña. Osasuna quería reaccionar, aunque por momentos se apreciaba algo de precipitación.
El Chimy vuelve a sonreir
Amargo regreso a EuropaTras su expulsión ante el Athletic el delantero argentino de Osasuna recibió muchas críticas y no estaba siendo una semana fácil para él. La titularidad ante el Brujas era una oportunidad de volver por el buen camino y la aprovechó. Suyo fue el gol del empate en el minuto 77. Chimy Ávila se adelantó a su marca y peinó de cabeza un gran centro lateral para poner el 1-1 en el marcador. Osasuna se veía dentro del partido y quería aprovechar la dinámica, pero sin tiempo casi de celebrarlo, Rubén Peña perdió la espalda y un remate cruzado de Cuyper hizo el 1-2. Era el minuto 79.
Como ocurriera en el primer gol encajado, Arrasate volvió a mover el banquillo, dando entrada en este caso a Jesús Areso por Rubén Peña y a Pablo Ibáñez por Lucas Torró. Osasuna necesitaba encerrar al Brujas y hacer que los belgas sintiesen la necesidad osasunista en su propio campo. De nuevo Chimy Ávila estuvo muy cerca de anotar, con hasta dos recortes dentro del área, pero que no logró finalizar. Tampoco Budimir pudo aprovechar el balón repelido por un defensor.
Pasaban los minutos y en el 87 de partido entraba al verde Kike Barja, en sustitución de Moi Gómez. Así el colegiado acabó añadiendo siete minutos en la prolongación, tiempo en el que Pablo Ibáñez remató de cabeza dentro del área un balón lateral y el esférico se marchó alto. Fue una gran ocasión por la que se desesperaban los aficionados al ver que el equipo no tenía acierto. Pese a ello Osasuna insistió hasta el final, incluso cuando el portero visitante detuvo un potente remate de Moncayola, parando la pelota sobre la línea. Con esa acción murió el encuentro, por lo que el equipo navarro está obligado a remontar en el encuentro de vuelta a domicilio.