El Ángel de Aralar se ha despedido este domingo al mediodía acompañado por decenas de navarros que se han acercado hasta el Cementerio de San José de Pamplona. Con esta visita cierra una semana en la capital navarra para volver a su periplo con el que año tras año recorre otras localidades.
Antes de dejar definitivamente Pamplona, la efigie de San Miguel, ha hecho parada en Antoniutti, donde ha tenido lugar la bendición de los campos y se implorado por la necesaria lluvia.