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Las calles del Casco Viejo de Pamplona son un hervidero de gente antes de las doce del mediodía de este 6 de julio. Vestidos de blanco y con el pañuelico anudado en la muñeca, las cuadrillas aguardan a que den las doce del mediodía para festejar el inicio de las fiestas de San Fermín. Como viene siendo tradicional, bares, peñas y sociedades gastronómicas son un trajín de gente en estos momentos previos donde se sirven los populares almuerzos. En realidad toda la ciudad lo hace, si bien el centro de la capital navarra representa el punto más codiciado para meterse en el cuerpo una buena dosis de huevos fritos acompañados de magras con tomate, uno de los platos más demandados para poner el cuerpo a punto.