Un año más de Sanfermines en el que la churrería La Mañueta se cuela como protagonista. Tras más de 150 años, el local es ya un lugar de peregrinación sanfeminera, toda una tradición. Así lo asegura Teresa Catalán, una fija desde hace ya mucho tiempo: "No podemos faltar aquí". 

Imprescindible durante todas las fiestas, llega a convertirse para algunos en una segunda casa a la que acudir cada mes de julio. Sin embargo, sus verdaderos dueños son los miembros de la familia Elizalde, que se encargan de producir estos churros con su receta tradicional "de toda la vida". No obstante, también mantienen su mayor seña de identidad, aquello que les distingue del resto: su elaboración. Una receta inamovible y un resultado "incomparable" según los consumidores más fieles. 

Un desayuno tradicional y exquisito que siempre se disfruta con familiares y amigos, a pesar de la grandes filas con hambre de churos que se agolpan alrededor, sobre todo, entre el 7 y el 14 de julio.