Osasuna saltó al terreno de juego en Riad con un planteamiento defensivo, jugando con defensa de cinco e intentando salir en velocidad con José Arnaiz y Budimir como los hombres más adelantados. Así era el Barça quien más balón tenía, aunque este año el conjunto culé no se está caracterizando por sacar demasiado provecho al juego de creación.

A los cinco minutos de partido llegó la primera ocasión de los navarros. José Arnaiz pisó área y tras encarar al central quiso jugar con Budimir, que justo antes del remate vio cómo la defensa blaugrana despejaba a córner. Ocasión a la que le continuó otra de Ferran Torres. El delantero del Barcelona se aprovechó de un mal despeje de Sergio Herrera, que después acabó patinándose ante el disparo azulgrana. Por suerte ese balón se marchó fuera. También fuera, por escasos centímetros, se fue un remate de Jesús Areso. El lateral derecho de Osasuna finalizó jugada tras una acción embarullada que el de Cascante estuvo a punto de convertir en gol. Superado el minuto 10 sería Lewandowski el que puso a prueba a Sergio Herrera, en este caso tras un balón en el que se complicó Catena al no conseguir despejarlo.

Superado el minuto 12 el partido se calmó en las áreas, con un Barça que gozaba de un mayor dominio del balón, pero que no tenía profundidad ante la poblada defensa de Osasuna. La falta de ideas del cuadro catalán y las faltas señaladas por el colegiado hicieron que el partido perdiese ritmo y apenas sucedieran cosas, hasta que de nuevo en una transición, rozando el descanso, primero Budimir y después José Arnaiz dispusieron de sendos remates que la defensa del Barça despejó como pudo. Dos ocasiones que a punto estuvieron de premiar a un Osasuna sacrificado en ayudas defensivas. De hecho, en una de ellas Catena se anticipó a Lewandowski tras un pase filtrado y logró despejar el balón. Así terminó una primera mitad en la que las pocas ocasiones de gol que hubo fueron por errores del rival.

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Tras el paso por vestuarios se mantuvo la dinámica de lo visto en los primeros 45 minutos, con un Osasuna atrás y un Barça sin ideas. De todas formas, tras el paso de los minutos, Arnaiz contaría con una llegada aislada sobre el marco culé pero se quedó sin ángulo de disparo. Los errores propios daban vida a los rivales y eso es lo que acabó sucediendo en el 1-0 de Lewandowski. Una pérdida de Catena acabó en un balón dividido que Arnaiz reclamó falta y la pelota le llegó al delantero culé, que acabó cruzando su remate superando por bajo a Sergio Herrera. Era el minuto 59 y se rompía la igualdad. Los de Pamplona tenían que cambiar de planteamiento si querían lograr el empate.

Otro partido por delante

El nuevo escenario de partido obligaba a realizar cambios y Jagoba Arrasate decidió dar entrada a Raúl García en ataque y a Jon Moncayola en la creación, hombres de refresco que sustituyeron a José Arnaiz e Iker Muñoz. Justo antes de los cambios Joa Feliz dispuso de una clara llegada por el perfil izquierdo, cuyo remate cruzado lo envió a córner Sergio Herrera con una gran estirada. 

Osasuna ganaba metros con juego vertical y logró encadenar dos saques de esquina consecutivos. Ninguno surgió efecto, pero ponía en apuros a un Barça que quería buscar la sentencia con balones a la espalda de la defensa navarra. Obviamente los rojillos asumían riesgos y en el minuto 75 Areso se anticipó con maestría para evitar el gol de Lewandowski. En ese toma y daca también Budimir contó con una nueva llegada, en este caso rodeado de varios rivales. El delantero croata se emborrachó de balón y optó por el disparo cuando tenía compañeros libres de marca. Su remate lo repelió el portero.

De cara a los diez últimos minutos reglamentarios entró al verde Mojica, en sustitución de Rubén García. Más tarde lo hicieron Kike Barja y Rubén García por Moi Gómez y Juan Cruz. Osasuna pasaba a jugar con un clásico 4-4-2 a cinco minutos del final. En el minuto 87 Raúl García mandó un balón a las nubes tras un buen pase de Rubén en la frontal.

Cumplido el 90 de partido el colegiado añadió cuatro minutos y a falta de uno para el final, Lamine Yamal convirtió el 2-0 tras una transición culé que sentenció la semifinal.

Termina el sueño de Osasuna tras un partido a la defensiva, con la sensación de ceder ante un Barça que para nada se encuentra en su mejor momento. Pese a ello hubo ocasiones de gol, pero la falta de efectivos de ataque durante gran parte del partido y el no acierto rematador condicionó a los rojillos en un choque lento y sin grandes acciones para el espectador.

Barça y Real Madrid jugarán la final de la Supercopa el próximo domingo.