Mutaciones de genes, bacterias «con malas intenciones» y células «descontroladas» son enemigos que el cuerpo humano combate en una batalla «increíble» por la supervivencia, demostrando que «el verdadero milagro de la vida es que no hayamos muerto», asegura con humor la experta en biomedicina Sandra Ortonobes, más conocida como La Hiperactina en el mundo digital.
Divulgadora científica en su canal de YouTube, «en la barrera entre los millennials y la generación Z», ha condensado en el libro ¿Qué puede salir mal? (Plan B) nociones básicas de biomedicina para describir con ejemplos de la vida cotidiana cómo células, tejidos y sistemas trabajan para sobrevivir en un ambiente hostil.
«Es sorprendente la cantidad de moléculas que interaccionan y cuántas proteínas se pliegan y se despliegan sin que haya una que la líe», explica Ortonobes, consciente de que «a veces las cosas salen mal» y provocan infecciones o enfermedades, aunque «el cuerpo humano se las apaña bastante bien para aferrarse a la vida».
La youtuber, graduada en Ciencias Biomédicas por la Universidad de Barcelona (UB) y con un máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental por la Universidad Pompeu Fabra (UPF), acumula más de 150.000 suscriptores y miles de visualizaciones en vídeos que dan respuesta a cuestiones como «por qué nos despierta el café», «qué es el cáncer» o «cómo funciona la edición genética con CRISPR».
Convencida de que «nada es demasiado complicado de entender», Ortonobes no duda en convertir el ADN en un «collar de perlas» o en comparar la unión de sus bases nitrogenadas con un «match de Tinder». ¿Su misión? Que la ciencia salga de los laboratorios y llegue a todos los públicos.
«Entender cómo funciona el cuerpo humano puede tener un impacto beneficioso en la salud de las personas», reflexiona la divulgadora, que sugiere que conocimientos básicos de biomedicina «pueden contribuir a que seamos un poco más escépticos con ciertas pseudoterapias o a que tomemos conciencia de los efectos de fumar tabaco».
¿No es cultura?
Sin embargo, Ortonobes lamenta que, a pesar de que la ciencia es cada vez «más accesible», todavía no se la considere «como parte de la cultura», por lo que «ser una persona culta significa saber de cine, de literatura y de arte, pero no de temas relacionados con la ciencia».
«La gente asocia la ciencia a algo que hacen personas con bata en los laboratorios y que nadie entiende», una idea prefijada que ella contrarresta a golpe de vídeos, podcasts, tuits y otras publicaciones, demostrando que, ahora más que nunca, «la divulgación científica se ha democratizado», agrega.
Aun así, asegura que sigue siendo un ámbito con más presencia masculina que femenina, una falta de paridad que ha reafirmado a Ortonobes en su ambición de crear La Hiperactina, un canal con el que espera «romper el estereotipo de que la ciencia interesa más a los hombres que las mujeres».
La youtuber recuerda que, cuando empezó a grabar vídeos, sintió una «doble responsabilidad», porque «cuando tú eres hombre y divulgas ciencia representas a un colectivo que es el de la divulgación científica, pero cuando eres mujer, representas a las mujeres científicas y a la divulgación en este campo».
La experta anima a «compartir ciencia» en redes sociales, también una vez pasado el «boom» de interés que ha despertado la pandemia, con millones de miradas puestas en el desarrollo de tratamientos y vacunas contra la COVID-19.
Con cierto optimismo, Ortonobes confía que este «activismo» de la sociedad en los últimos meses no será en balde y servirá de precedente para que «los políticos se acuerden de que la inversión en investigación -no solo para el coronavirus, sino para cualquier enfermedad- salva vidas».