Una vez el pastor dio su toque de corneta, los disfrazados recorrieron las calles del pueblo asustando a la gente hasta el nuevo aviso del toque de corneta con el que bailaron en corro en torno al personaje que interpretaba a Satán.
Uno de los momentos más esperados fue el manteo a Satán. Aunque éste logró huir en una primera ocasión, finalmente, se le apresó y manteó.
Cientos de vecinos de la Zona Media disfrutaron de esta tradición que también incluye el baile de la Jota del Carnaval.
Olite baila el Rigodón