Cerca de 1.000 niños en España viven conectados a una bolsa de ostomía. Una situación complicada para los menores y también para sus familias. Incluso, para los facultativos que deben tratarles. Por eso, seis enfermeras pediátricas y estomaterapeutas de Madrid, Barcelona y Castellón presentaron la semana pasada la primera Guía de Atención Integral al Niño Ostomizado, que cuenta con el apoyo de la firma Coloplast, para facilitar la vida de los pequeños con estomas y la de su entorno.
Todas ellas han pedido al Ministerio de Sanidad y a las marcas de productos especializados en ostomía e ilestomía más atención a los afectados, además de disponer de una enfermera estomaterapeuta infantil en todos los centros de referencia, que se estandaricen los cuidados entre los propios profesionales pediátricos y la incorporación de la figura de la sanitaria escolar en los centros educativos.
Esta intervención quirúrgica, que sufren miles de menores en España, tiene como objetivo comunicar artificialmente dos órganos, y expulsar así los productos de desecho del organismo.
Aunque el 90 por ciento de las ostomías que padecen son transitorias (al cabo de unos meses o años recuperan el tránsito intestinal), el cuidado que requieren los niños durante el tiempo que portan una bolsa es «esencial», destacó María Jesús Guijarro (Hospital 12 de Octubre), quien recalcó la «ansiedad inicial» que sufren los padres hasta que se habitúan a su manejo y al cuidado de la piel.