Avisó Carlo Ancelotti antes de viajar a Estados Unidos que el Real Madrid podría 'mutar' su sistema de juego ante la marcha de Karim Benzema, al que no se buscó sustituto. El 4-3-3 habitual de los últimos años podría readaptarse para confeccionar un 4-4-2 en el que el centro del campo gane peso ofensivo. Una opción que va dejando buenos destellos y que permitiría sacar, incluso, lo mejor de algunos de los integrantes del plantel merengue, pero que la hipotética llegada de Kylian Mbappé tiraría por tierra.
Parecía decidido en la 'Casa Blanca' no realizar este verano una gran operación, además de la de Jude Bellingham, llegado desde el Borussia Dortmund por más de 100 millones de euros. Había hecho los deberes el club de Florentino Pérez (Fran García, Brahim Díaz, Arda Güler, Joselu y el medio inglés) para permitir al entrenador italiano trabajar en la pretemporada ya con el equipo cerrado a la espera de algún movimiento inesperado que, en cualquier caso, se produciría por la salida de algún jugador en busca de minutos.
Con la gran estrella Kylian Mbappé el plan era otro. Acuerdo cerrado con el jugador del Paris Saint-Germain para su llegada libre en 2024. De forma que el entrenador italiano comenzó a confeccionar su equipo en torno a la idea de contar únicamente con dos delanteros, los extremos Vinícius y Rodrygo.
La prolífica nómina de medios (a Bellingham se suman los sempiternos Kroos y Modric, Tchouaméni, Camavinga, Fede Valverde y Ceballos) y la escasez de delanteros hizo que el italiano optara, y así lo confirmó en rueda de prensa, por un nuevo dibujo en el que el centro del campo gana peso ofensivo. Ya las dos últimas temporadas, en muchas fases, el dibujo ha variado hacia un 4-3-3 maquillado con la presencia de Fede Valverde como extremo.
En un 4-4-2 la gran capacidad física y el potente disparo del uruguayo y la versatilidad del inglés llegado desde Alemania permiten sacarle el máximo rendimiento a las condiciones de ambos. Futbolistas 'box to box', de gran despliegue y buena lectura táctica, tendrían mucho que decir con sus llegadas en un equipo con los dos brasileños como referencias atacantes, sin posiciones estáticas. El equipo gana también en capacidad de sorpresa. Y siempre quedará la posibilidad de recurrir en momentos de necesidad a un delantero puro con Joselu o a ubicar a Rodrygo como 'falso nueve', donde ya se ha desenvuelto en algunas ocasiones ante ausencias de Benzema.
Ha trabajado en pretemporada esta variante Ancelotti y parece que las evoluciones son positivas. Se plantea, entonces, la gran pregunta acerca del encaje que tendría el parisino en caso de que su llegada al Santiago Bernabéu se adelantara un año ante el deseo del PSG de dar salida a su estrella este verano ante su decisión ya anunciada de no prorrogar el contrato que expira en 2024. ¿Recuperar el 4-3-3 con Mbappé en punta o mantener el 4-4-2 con el delantero con mayor libertad de movimientos?
El esquema clásico permitiría explotar la calidad de los atacantes, pero reduciría los minutos de juego a los medios. La nueva propuesta táctica haría que los minutos de los emergentes y cada vez más trascendentes Vinícius y Rodrygo se vieran reducidos.
Un 'bendito problema' para Ancelotti: cómo encajar al posiblemente mejor jugador del momento en su equipo que se produce mientras el '7' parisino se ejercita con los descartes del PSG.
La rumorología le sitúa ahora un año en Arabia Saudí. Según reportan diferentes medios y periodistas especializados en mercado de fichajes, el Al Hilal ofrece 300 millones de euros por el traspaso y los saudís podrían incluso aceptar contar una única campaña con el delantero, que no quiere pasar un año en blanco con la mirada puesta en la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de 2024 en su ciudad natal.