El encierro y sus historias más allá de los 850 metros

Ángela Martínez
-

El encierro de San Fermín esconde grandes historias a pie de calle, más allá de las carreras de los mozos a lo largo de los 850 metros. El madrugón es para todos los que quieren vivirlo de cerca, aunque no hay duda de que cada uno lo hace a su manera

No cabe duda de que el encierro suscita un gran interés, tanto para los pamploneses como para los extranjeros. Cientos de corredores vienen de todos los lugares del mundo para vivir en primera persona cómo es correr delante de los astados.

De lejos o, quizá, desde un poco más cerca, muchos de los protagonistas se acercan a Pamplona para disfrutar del encierro cuando el reloj marca las 8 de la mañana. Algunos corredores organizan coches para venir en grupo desde distintas localidades de la Ribera de Navarra, como es Cintruénigo. "Corremos el encierro y nos volvemos porque tenemos que ir a trabajar", desvela Sergio Navascués, uno de los jóvenes cirboneros. 

Durante los ocho días de encierro, además de la adrenalina experimentada, entre los mozos hay una buena carga emocional con reencuentros incluidos. De hecho, muchos de ellos aseguran que "es lo mejor del encierro porque, a veces, solo les ves en San Fermín". 

Sexto encierro de San FermínSexto encierro de San Fermín - Foto: Eloy Alonso / EFE

El 'madrugón' no es solo para los corredores, ya que el público que quiera asistir también deberá saber lidiar con ello. Para ver a los Jandilla, una madre ha recorrido con el coche cerca de 300 kilómetros junto a sus hijas para coger sitio 'privilegiado' en el vallado y presenciar la carrera de este miércoles 12 de julio. "Hemos llegado a las 4 de la mañana, pero ha merecido la pena esperar", reconoce la madre. A su vez, una de las pequeñas espera ansiosa la llegada de las reses a donde ellas se encuentran sentadas: "Creo que va a ser muy guay".

Estas son algunas de las historias que se esconden detrás de los 850 metros y al otro lado de los burladeros. Este último es el caso del Orestes Barbero, popular exconcursante de Pasapalabra: "Pasan los toros y los ves medio segundo, pero estamos aquí todos los días, no fallamos ninguno". 

Asimismo, los que nunca fallan a esta cita imprescindible de los Sanfermines son los fotógrafos. Cada mañana, por sorteo, se colocan en sus puestos con un objetivo claro: "Que no ocurra nada pero que las imágenes sean espectaculares" señala Iñaki Porto, uno de los fijos para los encierros sanfermineros desde hace ya varios años. 

No obstante, también hay algunos que se llevan una sorpresa al toparse de casualidad con el encierro, como es el caso de dos peregrinas del Camino de Santiago que, aunque reconocen que ha sido "algo inesperado, la verdad es que ha sido una experiencia muy buena que siempre vamos a recordar".