Osasuna prepara la visita del Athletic Club de Bilbao con la alegría de la primera victoria en Liga y con el reciente recuerdo del excelente curso firmado en el que dejó a los leones sin la final de la Copa del Rey y sin la séptima plaza en Liga.

El Sadar presenciará un duelo de intensidad rivalidad entre dos conjuntos que, año tras año, siempre miran de reojo la situación del otro. El sorteo deparó un temprano cruce en la segunda jornada para iniciar un nuevo campeonato doméstico.

El momento que viven los navarros es el óptimo para recibir al Athletic. Los tres puntos sumados en Vigo y las buenas sensaciones dejadas sobre el verde de Balaídos avalan a los de Jagoba Arrasate, quienes quieren aprovechar el empuje de su afición para llegar a las seis unidades. Por el contrario, los vizcaínos afrontan este choque después de la derrota ante el Real Madrid en la que la puesta en escena de los de Valverde no fue la esperada.

Si se mira a los últimos duelos, los de Tajonar son los claros vencedores. La temporada pasada, los rojiblancos empataron a cero ante los rojillos en su estadio en la jornada 16, mientras que en la 36, a dos del final, Osasuna se puso serio para llevarse tres puntos vitales en su lucha por Europa frente a un rival directo. Budimir y Torró fueron los goleadores.

La Copa del Rey fue, probablemente, el mejor recuerdo para los chicos de Arrasate. Después de eliminar al Sevilla, el Athletic fue el siguiente escollo a superar en semifinales. En la ida, un gol de Abde en el minuto 47 noqueó a los visitantes para acercar a su equipo a la final de Sevilla del 6 de mayo. El marroquí protagonizó una cabalgada para el recuerdo que finalizó con un potente zurdazo.

El que probablemente fuese el momento del año tuvo lugar el pasado 4 de abril. Con la gran final a la vuelta de la esquina, ambos equipos se citaron en San Mamés para desenlazar una eliminatoria de alto voltaje.

La Catedral se vistió de gala para ello. El gol de Iñaki Williams en el 33 puso el campo patas arriba. El partido se fue a la prórroga con un Osasuna que no tuvo su mejor día, pero al que el destino les tenía guardada una última carta.

El canterano Pablo Ibáñez enganchó un centro de Moncayola desde el perfil diestro ante el que nada pudo hacer Agirrezabala. Era el minuto 116 y el sector visitante no se lo creía. Su equipo volvía a una final de Copa 18 años después con gran sufrimiento, pero con total merecimiento tras firmar un recorrido lleno de obstáculos que fueron superando con espíritu de supervivencia.

El año fue fructífero. Osasuna despojó al Athletic la séptima posición liguera para acabar jugando la Liga Conferencia y apeó a los de Bilbao de su torneo fetiche. La superioridad mostrada los pamploneses sirve como última prueba de la madurez alcanzada.

UNAI SIMÓN ADMITE QUE VIAJAN A PAMPLONA "OBLIGADOS A GANAR"

El portero de Athletic Club, Unai Simón, subrayó que encaran el partido del sábado en Pamplona "obligados a ganar" a un "rival directo" como Osasuna y, además, con la intención de "recuperar las buenas sensaciones" después de la derrota del pasado domingo en San Mamés frente al Real Madrid.

"Estamos obligados a ganar porque luego te empiezas a ver abajo con el agua al cuello. Es un buen partido para demostrar ante un rival directo", apuntó el guardameta en Lezama después de recalcar que no existe ningún ánimo de revancha ante el equipo navarro, que la pasada campaña apeó al Athletic de la final de Copa y también les arrebató la plaza europea.

"No por pasar lo que pasó debemos ir de forma diferente sino analizar al equipo de este año", incidió Simón, para quien la clave para obtener un buen resultado en El Sadar estará en "dejar la portería a cero" en un partido que "seguramente va a ser un bombardeo de centros laterales". "Tendremos que defenderlos muy bien y a partir de esa solidez defensiva buscar nuestro mejor ataque y contrarrestar su defensa, que también tiene puntos débiles", dijo.

Por otro lado, el de Murgia reconoció que las sensaciones del equipo en el debut liguero frente al Real Madrid "no fueron muy fluidas" porque sobre todo cometieron "muchos errores en los controles y hubo precipitación". "No estuvimos finos, pero es un problema menor. El mayor problema es que llegues a los últimos minutos ahogado y que no puedas jugar por cansancio físico, pero en ese sentido estamos bien. Nos falta esa finura que teníamos el año pasado. Nos esta costando, pero es algo que, a medida que pasen los entrenamientos, iremos mejorando", dijo.

El portero admite que disipar el "desánimo" de los aficionados después de comenzar la temporada con esa derrota "depende de lo que hagamos nosotros en el campo". "Si conseguimos victorias y buen juego será lo que les llene de ilusión. Lo que ha pasado siempre", apostilló.